Más del 55% del calentamiento global se puede evitar a partir de nuevos enfoques sobre la alimentación Ciudad de México, 24 abr (AMEXI).- El calentamiento global sigue siendo uno de los problemas que más afectan a los seres vivos y ecosistemas del planeta, y aunque existen varios factores, uno que también influye es el consumo mundial de […]
Más del 55% del calentamiento global se puede evitar a partir de nuevos enfoques sobre la alimentación
Ciudad de México, 24 abr (AMEXI).- El calentamiento global sigue siendo uno de los problemas que más afectan a los seres vivos y ecosistemas del planeta, y aunque existen varios factores, uno que también influye es el consumo mundial de alimentos.
De acuerdo a un artículo publicado por la revista Nature, el consumo mundial de alimentos por sí solo podría agregar casi 1°C al calentamiento global para el año 2100, y el 75% de este calentamiento es impulsado por alimentos que son altas fuentes de metano (carne de rumiantes, lácteos y arroz).
Más del 55% del calentamiento global previsto se puede evitar mediante mejoras simultáneas en las prácticas de producción, así como la adopción universal de una dieta saludable y la reducción del desperdicio de alimentos a nivel de consumidores y minoristas.
La Secretaría especial de Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) han estimado que los alimentos generaron hasta un 37% de las emisiones provocadas por el hombre.
Esta publicación, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), detalla cómo diversos especialistas diseñaron un modelo para la evaluación del cambio climático, para poder crear escenarios rumbo al 2100 que permitan evaluar y tomar acciones sobre la producción y consumo de alimentos en el mundo.
En tanto, una investigación dirigida por Sam Myers, director de la Alianza para la Salud Planetaria de la Escuela Chan de Harvard, descubrió que al exponer cultivos alimentarios como el trigo, el maíz, el arroz y la soja a los niveles de CO2 previstos para 2050, las plantas pierden hasta un 10% de su zinc, el 5% de su hierro y el 8% de su contenido de proteínas.
“Las decisiones que tomamos todos los días (cómo calentamos nuestros hogares, qué comemos, cómo nos desplazamos, qué elegimos comprar) están haciendo que nuestros alimentos sean menos nutritivos y poniendo en peligro la salud de otras poblaciones y generaciones futuras”, resalta Myers.
La Comisión EAT-Lancet ha presentado, a partir de evidencia científica, una dieta especial denominada “La dieta de la salud planetaria”, en la que se sugieren pautas para rangos de diferentes grupos de alimentos que, en conjunto, constituyen un régimen alimenticio óptimo para la salud humana y la sostenibilidad ambiental.
Esta dieta hace hincapié en una mayor ingesta de plantas, cereales integrales, frutas, verduras, nueces y legumbres; porciones significativamente menores de carnes y lácteos. Y considerando que el adulto medio necesita 2 mil 500 kcal al día, esta cantidad variará según la edad, el sexo, los niveles de actividad y los perfiles de salud, ya que el consumo excesivo es un desperdicio de alimentos, con costos tanto para la salud como para el medio ambiente.
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