Puntales Agustín Vargas · Si todo está bien, ¿qué está mal? · Inseguridad descarrilaría a México · IMSS- Bienestar se quedan cortos Definido como una tierra de oportunidades, México goza – a los ojos del mundo y de las propias autoridades y empresarios– de ventajas estructurales, estabilidad macroeconómica; es de los países emergentes con menor nivel de deuda, […]
Puntales Agustín Vargas
· Si todo está bien, ¿qué está mal?
· Inseguridad descarrilaría a México
· IMSS- Bienestar se quedan cortos
Definido como una tierra de oportunidades, México goza – a los ojos del mundo y de las propias autoridades y empresarios– de ventajas estructurales, estabilidad macroeconómica; es de los países emergentes con menor nivel de deuda, disciplina fiscal, autonomía en la política monetaria y solidez del sistema financiero.
La economía crece (aunque muy poco todavía), el empleo se recupera y el consumo interno está comenzando a despuntar. Desde el punto de vista de los banqueros, una gran oportunidad de negocio que tiene México es la baja bancarización, producto del elevado nivel de informalidad que existe en el país, la cual debe combatirse con rapidez.
Aun así, las bondades de nuestra economía son de llamar la atención dentro y fuera del país porque hay muchas oportunidades de negocio.
Pero si nuestro país goza de esos nobles y optimistas datos que nos dibujan a diario autoridades y empresarios, porque no despunta en su crecimiento.
“Si todo está bien, ¿qué está mal?”, se cuestionó Eduardo Osuna, vicepresidente y director general del BBVA, en la reunión de consejeros regionales. A su juicio, lo que requiere el país para sacar a millones de personas de la pobreza es tener crecimiento sostenido de la economía, que la inversión llegue a nivel del 25 por ciento del PIB, por lo menos.
Pero para llegar a eso, hay que superar primero el reto de polarización social y la desigualdad que estamos viendo a diario en nuestro país, lo cual no abona mucho a incrementar la inversión privada que tanto requiere México, tener un auténtico estado de derecho, reglas claras para la inversión y, sobre todo, resolver el problema de la falta de seguridad en el país.
“La inseguridad puede descarrilar a México”, mensaje claro y elocuente por parte del director general de uno del grupo financieros más importante del país, aunado a que los empresarios requieren de respeto a las reglas del juego en todos los diferentes ámbitos de la vida nacional. Sin ello no hay certeza para invertir, por mucho que nuestro país sea la tierra de las oportunidades.
Ante la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) y la transferencia de sus recursos materiales, humanos y financieros al IMSS-Bienestar, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), estimó el presupuesto que requeriría IMSS-Bienestar para garantizar que todas las personas sin seguridad social tengan acceso a los servicios de salud.
Según la investigación, el Organismo Público Descentralizado requiere invertir, al menos, 308 mil 833 millones de pesos, equivalente al 1% del PIB adicional a lo que actualmente se destina a este grupo de la población.
Esta estimación también contempla ampliar los servicios de salud, debido a que el extinto INSABI cubría mil 807 intervenciones, mientras que IMSS-Bienestar incluye 50 enfermedades de salud pública, lo que representa el 0.6% del IMSS ordinario.
Desde 2014, el gasto para la población sin seguridad social en los diferentes subsistemas de salud como Seguro Popular, INSABI e IMSS-Bienestar, ha sido menor a 1 punto del PIB, y de 2022 a 2023, este presupuesto se redujo 7.6%, al pasar de 274 mil 124 mdp, a 253 mil 131 mdp.
Además, durante la existencia del INSABI, la población sin seguridad social casi se duplicó, al pasar de 15% a 28%. En contraste, la atención en el sistema público disminuyó, aunado a que el presupuesto para atención de enfermedades de alta especialidad, como cáncer de mama, cervicouterino e infantil cayó 20%. Asimismo, el gasto de bolsillo de las familias para compra de medicinas y atención médica creció 40%.
Finalmente, el CIEP refiere que IMSS-Bienestar nació con mayores retos que el INSABI, pero al igual que él, carece de una fuente sostenible y suficiente de recursos, por lo que es indispensable considerar todas las necesidades presupuestarias para que las personas sin seguridad social tengan acceso a los servicios de salud, así como ampliar el paquete de servicios para este sector de la población.
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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx
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