Esta ocasión no hubo destrozos de inmuebles urbanos. La matanza del 2 de octubre de 1968 constituye un gran estallido de la conciencia de la juventud y del pueblo mexicano. “Tlatelolco es un sitio de memoria porque ahí el viejo régimen puso el principio de su fin”, sostuvo Félix Hernández Gamundi, ex líder del movimiento […]
Esta ocasión no hubo destrozos de inmuebles urbanos.
La matanza del 2 de octubre de 1968 constituye un gran estallido de la conciencia de la juventud y del pueblo mexicano. “Tlatelolco es un sitio de memoria porque ahí el viejo régimen puso el principio de su fin”, sostuvo Félix Hernández Gamundi, ex líder del movimiento estudiantil. En el mitin, reiteraron su exigencia de que los perpetradores sean juzgados.
En el marco del 55 aniversario de la matanza de Tlatelolco, Hernández Gamundi aseveró que Tlatelolco es donde el gobierno mostró “todo aquello de lo que era capaz y de lo que no. No era capaz de escuchar al pueblo y de atender las demandas populares, ahí ante la fuerza de un movimiento que se había desarrollado impetuosamente, de manera desafiante y el despertar de una nueva conciencia, inició una nueva forma de hacer política y el viejo régimen comenzó a irse para abajo”.
Frente a Palacio Nacional, se refirió también a los otros hechos violentos que han marcado al país: el diez de junio de 1971, la guerra sucia, el zapatismo, “y el priismo siguió golpeando. Es muy larga la historia de los agravios y así llegamos al 26 de septiembre en 2014” con la noche de Iguala, en Guerrero.
Hernández Gamundi enfatizó que todos estos crímenes “son una gran herida en el corazón y en la conciencia de los mexicanos”, porque aún hoy permanecen impunes y ésta ha llevado por una ruta al país que permanece al día de hoy, en la cual vamos enfrentando cada vez nuevos retos para defender la libertad.
Resaltó: si no vencemos a esta impunidad la violencia continuará, también el ex líder del movimiento estudiantil del 68 expresó que como en el caso de Ayotzinapa, en esta lucha también hay una exigencia a la Secretaria de Defensa Nacional para que entregue los documentos que tiene de Tlatelolco.
Al concluir la marcha por la matanza en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, la agresión de encapuchados y seidoanarquistas contra policías antimotines de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que pese al sistemático ataque a su formación, el saldo es blanco, sin incidentes de gravedad.
A pesar de que les lanzaron todo lo que había a la mano e incluso fuego, golpes y pedradas no lograron moverlos ni replegarlos.
Tampoco lograron derribar las barreras metálicas instaladas frente a Palacio Nacional.
Los oficiales los replegaron con polvos de extintores que arrojaron por varios puntos para sofocar el fuego y motivar la dispersión.
https://d-13959929651672887978.ampproject.net/2309151607000/frame.html Ninguno de los radicales resultó intoxicado, pero los hizo correr cada vez que los policías les arrojaban los polvos.
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