La Duda Alejandro Álvarez Manilla  

No me queda la menor duda de que en la reciente confrontación entre el Poder Judicial y el Ejecutivo, es fundamental preguntarnos: ¿quién está realmente violando el Estado de Derecho?

La presidenta Claudia Sheinbaum, en su enérgica intervención, dejó claro que no es su gobierno, sino los propios jueces quienes han cruzado esa línea.

En el centro de la polémica está la jueza Nancy Juárez, quien ordenó eliminar la reforma al Poder Judicial del Diario Oficial de la Federación (DOF). Una orden que, según la presidenta, no solo va en contra de la Ley de Amparo, sino que además desafía la decisión democrática del pueblo de México.

Y ahí surge la primera duda: ¿cómo es posible que una sola jueza frene una reforma constitucional aprobada por el Congreso y respaldada por la mayoría calificada?

La presidenta fue contundente al señalar que el artículo 61 de la Ley de Amparo establece claramente que este tipo de juicios no proceden contra reformas constitucionales.

Entonces, si la ley es tan clara, ¿qué motiva a ciertos jueces a tomar decisiones que parecen proteger sus propios intereses? No me queda duda: hay quienes en el Poder Judicial siguen empeñados en defender sus privilegios a toda costa, sin importar el mandato popular.

Hoy la presidenta no se anduvo con rodeos. Anunció que notificará a la dependencia encargada de sancionar a jueces, magistrados y ministros por esta evidente violación a la ley.

Para ella, el Estado de Derecho no está en entredicho por el gobierno, sino por aquellos que se niegan a perder el poder que han acumulado durante décadas.

Y así, surge otra duda: ¿realmente estamos ante un conflicto de poderes o simplemente ante una defensa desesperada de intereses personales?

La Dra. Claudia Sheinbaum dejó claro que la reforma al Poder Judicial fue una instrucción del Congreso, no una ocurrencia del Ejecutivo. Al preguntarse públicamente si esta resolución judicial es legal, abrió la puerta a un debate que trasciende lo jurídico: el de la voluntad popular frente a la resistencia del antiguo régimen.

Y aquí es donde se despeja toda duda. El pueblo de México votó por un cambio, y no hay jueza o magistrado que pueda borrar esa decisión desde un tribunal.

En este escenario, no tengo duda alguna de que estamos ante una batalla que definirá el futuro de nuestra democracia.

¿Quién viola el Estado de Derecho? Según la presidenta, está más que claro que no es el gobierno, sino aquellos que se aferran a sus privilegios. Y no me queda la menor duda: esta lucha apenas comienza.