Información de AMEXI. – El actor James Van Der Beek, protagonista de la serie “Dawson’s Creek”, sorprendió a todos sus seguidores al revelar que recientemente recibió un diagnóstico de cáncer colorrectal.

El histrión saltó a la fama mundial con su participación en la serie noventera en la que compartió créditos con Katie Holmes.

En su carrera, también destacan largometrajes como “The rules of attraction” (2002) y como estrella invitada en series como “Criminal Minds”, “Ugly Betty”, “One Tree Hills” y “CSI; Cyber”.

Su diagnóstico de cáncer

El actor reveló que padece cáncer y había lidiado con este diagnóstico en privado desde hace algún tiempo.

En declaraciones para la revista “People”, Van Der Beek dijo que desde que se enteró de lo que padecía se sometió a tratamiento sin que le afecte para continuar con su trabajo actoral.

«Tengo cáncer colorrectal. He estado lidiando con este diagnóstico en privado y he estado tomando medidas para resolverlo, con el apoyo de mi increíble familia», reveló.

En esta lucha contra el cáncer colorrectal lo acompaña su familia integrada por su actual esposa Kimberly Van Der Beek y sus seis hijos: Olivia, Joshua, Annabel, Emilia, Gwendolyn y Jeremiah.

Recientemente apareció en un episodio de “Walker” y está previsto que protagonice “Sidelined: The QB and Me”, una película que se estrenará el 29 de noviembre por Tubi.

¿Qué es el cáncer colorrectal?

De acuerdo con la American Cancer Society, el cáncer de colonorrectal se origina en el colon o el recto y se originan principalmente en las células que producen mucosidad para lubricar el interior de esas zonas.

El cáncer de colon suele afectar a adultos mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Por lo general, comienza como grupos pequeños de células llamados pólipos que se forman en el interior del colon.

Muchas personas con cáncer de colon no tienen síntomas al principio. Cuando aparecen los síntomas, es probable que dependan del tamaño del cáncer y de su ubicación en el intestino grueso.

Entre los síntomas más comunes se encuentran cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento más frecuentes; sangrado rectal o sangre en las heces, molestias continuas en la zona abdominal, como calambres, gases o dolor.

Así como sensación de que el intestino no se vacía del todo durante la defecación, debilidad o cansancio y pérdida de peso involuntaria.