Una de las atracciones de la Ciudad de México (CDMX) está en como los árboles de jacarandas pintan de violeta las calles. Generalmente, florecen durante la primavera, pero desde hace algunos años han florecido anticipadamente, un problema vinculado con el cambio climático. La floración marca el inicio de la fase reproductiva de las plantas y […]
Una de las atracciones de la Ciudad de México (CDMX) está en como los árboles de jacarandas pintan de violeta las calles. Generalmente, florecen durante la primavera, pero desde hace algunos años han florecido anticipadamente, un problema vinculado con el cambio climático.
La floración marca el inicio de la fase reproductiva de las plantas y la Jacaranda mimosifolia se espera que ocurra con el inicio de la humedad, previo a las lluvias primaverales. El proceso de floración necesita de estímulos endógenos correspondientes a las hormonas y estados nutritivos de cada planta, así como de estímulos ambientales. Diversos estudios hechos en invernaderos detectan que el fotoperiodo y la temperatura tienen un efecto en el control de la floración.
Para dar paso a las flores, las plantas utilizan las reservas internas de nutrientes. El doctor Marcelo R Pace comentó a la revista Wired que el aumento de temperaturas a nivel global hace que las plantas no domesticadas tengan una floración precoz o tardía.
Si la floración anticipada se da de manera constante, el árbol se podría llegar a debilitar. Según el especialista, los cerezos de Washington D.C empezaron a calentarse antes de tiempo y las plantas tuvieron una floración explosiva, pues la información ambiental les dijo que ya era el momento. Sin embargo, si está en una estación fría, puede entrar una helada, con la cual todas las flores podrían morir y no se llegarían a producir frutos.
En ese sentido, las plantas perderían el recurso invertido usado para florecer y su segunda floración podría ser menos vigorosa, pues se haría con menos reservas. En agricultura, por ejemplo, es grave porque se pierde productividad y hace que las plantas sean más vulnerables ante plagas y enfermedades.
Las jacarandas son nativas de climas subtropicales, tales como los del norte de Argentina y sur de Brasil. Llegaron a México en la década de los 30 por el jardinero japonés Tatsugoro Matsumoto y se ha adaptado al clima del país.
Además de ser árboles ornamentales, las jacarandas son buenas para absorber el CO2, pues 10 plantas pueden absorber el CO2 emitido por mil 400 automóviles al día. Asimismo, las flores son importantes en la cadena de alimentación de insectos y aves, pues producen una gran cantidad de néctar que sirve como alimento.
Se puede romper la sincronía de los patrones de migración, reproducción o disponibilidad de alimento de algunos animales, si se da una floración anticipada. Por ello, el investigador indicó la necesidad de hacer lo posible para disminuir la contaminación e impacto ambiental.
El desgaste de nutrientes al florecer no solo afectaría las cadenas de alimentación, sino también, su implementación en otros ámbitos. Algunas investigaciones revelan que la composición química de la flor tiene antocianinas que pueden ser empleadas en laboratorios como indicadores de PH. También las hojas de las jacarandas pueden ser usadas como indicadores de contaminantes atmosféricos, pues absorben metales del ambiente.
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