El Papa Francisco sorprendió este sábado con una visita inesperada a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, en vísperas del Domingo de Ramos y del inicio de la Semana Santa 2025. A sus 88 años, el pontífice llegó en silla de ruedas, sin cánulas nasales y vestido con su habitual hábito papal blanco.

Durante esta visita privada, el Papa rezó ante el venerado icono de la Virgen Salus Populi Romani, al que demuestra profunda devoción desde el inicio de su pontificado. A pesar de estar en proceso de recuperación por una reciente infección respiratoria, salió de la Casa Santa Marta para llevar una ofrenda floral y encomendar las celebraciones de Semana Santa.

El Vaticano confirmó el evento con un breve comunicado, y las imágenes compartidas muestran el emotivo momento, incluido el entusiasmo de los fieles presentes, entre ellos uno que gritó: “¡Viva México!”.

Esta acción reafirma el compromiso del Papa con la espiritualidad mariana y su cercanía al pueblo católico, especialmente en momentos clave del calendario litúrgico.