×
Si las cosas hubieran salido como estaban previstas, Mayer Amschel habría sido rabino. Pero el destino trastocó esos planes y, en lugar de estar al frente de una sinagoga, terminó fundando una de las dinastías bancarias más famosas del mundo: la familia Rothschild. Surgido de una señal roja (Rot=rojo, schild= señal) que distinguía la vivienda […]
Si las cosas hubieran salido como estaban previstas, Mayer Amschel habría sido rabino. Pero el destino trastocó esos planes y, en lugar de estar al frente de una sinagoga, terminó fundando una de las dinastías bancarias más famosas del mundo: la familia Rothschild.
Surgido de una señal roja (Rot=rojo, schild= señal) que distinguía la vivienda que ocupaba uno de los antepasados de Mayer en el Judengasse, el gueto judío de Frankfurt, el apellido Rothschild ha sido durante más de 200 años sinónimo de riqueza y poder.
Y es que, aunque los nombres de sus integrantes no destacan en la actualidad en la lista de multimillonarios de la revista Forbes, esta familia dejó una huella indeleble en la política y la economía mundial.
Lo hizo en especial durante el siglo XIX, cuando prestaron fondos para financiar a las fuerzas europeas que luchaban contra Napoleón y financiaron la millonaria compra de acciones en el Canal de Suez por parte del gobierno británico encabezado por el primer ministro Benjamin Disraeli.
Pero, al mismo tiempo que crecía su reconocimiento público, los Rothschild también se convirtieron en objeto de innumerables desinformaciones que -a pesar de haber sido repetidamente desmentidas- han persistido durante estos dos siglos.
Información BBC de Londres
Los comentarios están cerrados