De política por Alejandro Álvarez Manilla Este domingo pasado fue la elección del Partido Acción Nacional (PAN), y como se esperaba Jorge Romero apadrinado por Marko Cortes que controla las delegaciones del blanquiazul dejo a su sucesor inmerso en un partido opositor que cada vez pierde más posiciones políticas, y sus voceros carecen de información […]
De política por Alejandro Álvarez Manilla
Este domingo pasado fue la elección del Partido Acción Nacional (PAN), y como se esperaba Jorge Romero apadrinado por Marko Cortes que controla las delegaciones del blanquiazul dejo a su sucesor inmerso en un partido opositor que cada vez pierde más posiciones políticas, y sus voceros carecen de información verídica para enfrentar al partido gobernante.
El PAN, perdió un senador que avalo el cambio constitucional de la Reforma poder judicial y, aun así, se considera oposición. Si es oposición de “mantequilla”, porque se derrite al primer fuego, esto porque sus acciones nos han sido transparentes y algunos de sus legisladores tiene ocultos algunos pecados, como Ricardo Anaya el ex candidato presidencial en 2018, que paso seis viviendo en Estados Unidos de Norteamérica, y regreso a México como senador plurinominal, pese a que hubo una investigación por acusación de lavado de dinero, lo que lo convirtió en el senador “Bajo Sospecha”
Anaya Cortés también fue acusado de ser uno de los beneficiarios de los sobornos de Odebrecht en nuestro país para votar a favor la reforma energética. Así el PAN fundado hace 85 años, y que fue el que inicio la alternancia presidencial en el país, hoy está en riesgo de quedarse como un partido negocio, que podría servir de señuelo al partido en el poder y terminar como uno más de los muéganos de MORENA como lo son el PVEM, y el PT.
El PAN, tuvo 11 estados gobernados, hoy solo tiene cuatro, tres en la zona centro-el bajío y el estado más grande de México en el norte que enfrenta graves problemas de autoridad y olvido a sus gobernados.
Así, que cual oposición existe en México, el Partido Revolucionario Institucional, con su dirigente en la puerta legislativa del desafuero, y su desdén hacia sus correligionarios que apoyaron el desarrollo del país en otro tiempo.
Otro Partido, Movimiento Ciudadano huérfano de su franquiciatario, por problemas de salud, y sus integrantes sin guía ni aspiración alguna. La oposición política en México, por ahora no existe.
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