Fernando Vázquez Rigada En política gana quien impone la agenda. Las oposiciones hemos vuelto a tomar el control de los acontecimientos, de la narrativa y de la esperanza en un cambio para mejorar. Apenas el jueves pasado, la SCJN decretó la vida del INE a través de evitar su desmembramiento. Dos días después, los órganos […]
Fernando Vázquez Rigada
En política gana quien impone la agenda. Las oposiciones hemos vuelto a tomar el control de los acontecimientos, de la narrativa y de la esperanza en un cambio para mejorar.
Apenas el jueves pasado, la SCJN decretó la vida del INE a través de evitar su desmembramiento. Dos días después, los órganos directivos de PAN, PRI y PRD aprobaron un método en donde se abrían a la sociedad.
Fue oxígeno puro.
En política rara vez se obtiene lo mejor. Su arte consiste en elegir entre segundas alternativas. El mundo de lo posible que sustituye a lo deseable.
El proceso de selección de la o el candidato será organizado por una mayoría ciudadana. Sí, también participan los partidos políticos. ¿Por qué habría que excluirles? Es una alianza que ahora se convierte en un frente. Y ahí vamos todos.
La grave urgencia nacional nos demanda pragmatismo. Partir de la realidad. Y la realidad es ésta: los partidos no ganan solos. La sociedad tampoco. Es lo que hay. Las leyes están hechas para la participación a través de partidos. Así pues, o vamos juntos o le entregamos 6 años más a Morena.
Más: todo el proceso será observado, una suerte de auditoría moral, por un órgano plenamente ciudadano.
Sí, se combina voto y encuesta. ¿Por qué no? El voto consulta a una base de simpatizantes. En efecto, los partidos tienen clientelas. Allá las y los ciudadanos si no se inscriben, participan, critican y votan. La encuesta proyecta sobre un futuro en donde no necesitamos sólo al más popular entre la tropa (que define el voto) sino a la o al que tenga probabilidad de derrotar a Morena. Combina de forma novedosa un doble motor. Mejor, mucho mejor que el dedazo demoscópico de enfrente.
Quienes han declinado participar y denunciado el método, muerden el anzuelo del oficialismo: fracturan nuestra coalición para fortalecer a la de enfrente.
La disyuntiva que enfrentamos es elegir a la o al mejor que tengamos para dejar de soñar el futuro mientras Morena gobierna y destruye el presente. Hay que ganar el presente y así construir el porvenir.
Lograrlo demanda no sólo respeto escrupuloso al método: también enorme generosidad. Talento sobra entre las y los aspirantes. Experiencia y preparación. Quien gane necesitará un equipo sólido, cohesionado, y experimentado. Quien aspire a ganar tiene que entender algo, desde hoy: va a necesitar a todas y a todos. Premisa central de las oposiciones: (casi) nadie es prescindible.
La sociedad civil tiene dos tareas urgentes: resolver sus diferencias con los partidos y emprender una gran labor de conexión entre los cientos o miles de planetas que la conforman. Urge un universo que interactúe y comparta una estrategia, agenda y mensaje mínimo común, no componentes aislados.
Los partidos tienen la tarea urgente de realizar una autocrítica, reconocer los errores pasados de forma explícita, asumir hacia adentro —no de dientes para afuera— los valores que les demandan millones de ciudadanos, y garantizar el respeto al método que se pactó.
Hemos impuesto la agenda. El hombre de Palacio no ha dejado de hablar de nosotros. Algo se descolocó en sus planes.
Nuestro método, que se anuncia hoy lunes y se desenvolverá a partir del martes, deberá contrastar con el de enfrente.
Debemos emocionar. Inspirar. Debatir. Escuchar. Algo absolutamente diferente a los 6 monólogos que ha organizado el morenato.
Perfilar perfiles frescos y no caricaturas.
Ofrecer cambio que reinicie al país y no una continuidad que se limita a imitar.
Pero, sobre todo, todos los que amamos a un México libre y solidario tenemos tres tareas insustituibles: participar, participar y participar.
Vamos en ruta.
No hay tiempo que perder.
@fvazquezrig
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