Por Luis Repper Jaramillo

Poder del Estado, arma letal en la elección presidencial

Si al interior de Morena, Transformación de 4ª, Palacio Nacional, para elegir a la candidata presidencial de 2024, el Peje, Mario Delgado, Citlalli Hernández, Adán Augusto, Ricardo Monreal, presupuesto federal, gobernadores, alcaldes, etc. trampearon, defraudaron (el dinero público), violaron la Ley Electoral, para “marranamente” impulsar, elegir (con encuestas amañadas) a la “corcholata favorita” –no del partido, militancia, chairos, larvas (gabinetazos), sino de Andrés Manuel López Obrador,  ¿qué estafa preparan para empujar –como sea, “hagan lo que tengan qué hacer” (AMLO)- a Claudia Sheinbaum Pardo, para descarrilar la elección presidencial, legislativa y perpetuar al Peje, al menos 6 años más? Ese fue su perverso plan en la interna y dieron muestra de lo que harán a lo largo de 2024.

López moverá todo el poder del estado (dinero del presupuesto, infraestructura, logística, recursos humanos –empleados, servidores de la nación, chairos, botts, burócratas de todos los niveles, gobernadores, presidentes municipales, superdelegados de la T4a, Banco del Bienestar, programas –cachavotos- perdón, sociales, adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida. Recursos materiales: autos, oficinas públicas, copiadoras, fotógrafos oficiales de PN y de gubernaturas, drones, autobuses federales y de los Estados. Campañas publicitarias –con recursos públicos en bardas, puentes, transporte público colectivo, redes sociales, tiempos oficiales en radio y televisión, y mil marranadas más) para comprar el voto y conciencia de los beneficiarios de sus programas inmundos.

A los largo de 70 días que duró la simulación, López, Claudia, Adán, Ricardo, Citlalli, gobernadores (22 de morena), presidentes municipales, larvas, tenían la orden (a huevo) de apoyar a la lagartija pestilente, Claudia Sheinbaum, sin importar utilizar el  dinero del pueblo (impuestos), violar la Constitución y Ley Electoral, manipular a adultos mayores, jóvenes, amas de casa, estudiantes (becados por la T4a), con acarreos, lonches, banderines, publicidad estática y volanteada, con tal de posicionar a la homicida doloso/culposa (de 52 personas. Historia ya contada en este espacio), bajo el lema #EsClaudia.

Se documentó, exhibió, denunció, acusó a López Obrador, Mario Delgado, Citlalli Hernández, Martí Batres, Cuitláhuac García, Layda Sansores, Rutilo Rendón, Cuauhtémoc Blanco, Alfredo Ramírez Bedolla, Alfonso Durazo, etc. de operar con recursos estatales económicos y de infraestructura, incluido autobuses, acarreo, lonches, consumibles, (sin escatimar en montos) en apoyo a las visitas que la Sheinbaum realizó a sus entidades y 15 más regenteadas y saqueadas de Morena, para ubicarla en el colectivo social, pues en la mayoría de los Estados nadie conoce a la lagartija pestilente, pero la orden desde Palacio Nacional era destacar a su adorada “corcholata”.

Pese a lo anterior, previamente el Peje ya había operado el control, sumisión, manipulación del “nuevo” INE, al concluir el periodo legal de Lorenzo Córdova Vianello, el merodeador de Palacio Nacional, trajo a una larva (90% de lealtad, 10% de lo que sea) de Sonora (recomendada por su compinche Alfonso Durazo, gobernador de la entidad, ¿raro, no? jajajajaja) para complacer sus intenciones de mangonear el proceso electoral del próximo año (elección presidencial, legislativa – renovación total del senado y la cámara de diputados; 9 gubernaturas, entre ellas de la CDMX, sus respectivos congresos-, etc.) y hacer ganar con Fraude de Estado a la “estrellita del Peje”

Colocó, con la complicidad del Senado, en la Presidencia del Instituto Nacional Electoral a la medusa, Guadalupe Taddei Zavala y 3 peleles consejeros más (morenistas como la Taddei): Rita Bell López, Jorge Montaño, Arturo Castillo Loza, para viciar todo el protocolo electoral, iniciado por el Loco de Palacio, luego de amenazar con años de antelación que “destruiría”, “aniquilaría”, “aplastaría” al INE de Lorenzo Córdova.  dinamitar al INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales), organismo que ha denunciado, exhibido y documentado las irregularidades, perversiones, corrupciones, inmoralidades de Andrés Manuel y su gobierno.

Pese, como decía líneas arriba, a las denuncias ante el INE, de la Taddei (medusa), las violaciones, uso indebido y faccioso de los dineros públicos, proceso preelectoral adelantado para posicionar a sus “corcholatas” (Sheinbaum, Ebrard, López y Monreal), el Instituto hace oídos sordos (no oigo, tampoco por acá oigo), de la vista gorda y hocico cerrado, dejando hacer, dejando pasar las suciedades de Andrés Manuel, que es una amenaza político/social/electoral para el año venidero.

Se documentó, comprobó que la lagartija pestilente, ex jefa de gobierno de la CDMX, además de excederse en gastos anticipados de campaña, del presupuesto de la capital del país (desde 2020 hace campaña), defraudó a trabajadores sindicalizados, con el deleznable diezmo (igual que Delfina -fina para la tranza- Gómez, en su paso por la presidencia municipal de Texcoco) que sin su autorización, la representación sindical, retenía de la nómina una parte de su salario, bajo el rubro  Fondo de Ahorro Capitalizable (FONAC) que no se quedaba en la cartera de Finanzas del Sindicato, sino paraba en una cuenta secreta de Claudia Sheinbaum, que utiliza –acusan afectados- para su precampaña electoral desde 2020.

Se hizo público la demanda por desvío de fondos, fraude, a 110 mil empleados sindicalizados, aunque las autoridades, ahora en manos de Martí Batres Guadarrama (porro de porros) dicen que sólo son 96 mil trabajadores, jajajajaja, sigue siendo Fraude, Claudia. La suma alcanza más de 300 millones de pesos, desde luego ya utilizó en su periplo electorero (durante 4 años).

Esto es delito federal (por ser funcionario público) que se sanciona con cárcel e inhabilitación  para ejercer cargo burocrático alguno. El delito se consumó y de éste sacó ventaja malhabida al detentar una función de confianza, ética, moral y manejar dinero público.

Ahora las huestes del porro de porros argumentan que ya devolvieron dinero a los afectados, lo que implícitamente aceptan que sí hubo fraude (delito federal), pero la “estrellita del Peje” sigue impune y por tratarse de actividades ilegales,  electorales, tanto el INE como el Tribunal Electoral tienen que sancionar a la delincuente, pero… como ambas instancias son controladas, manipuladas por López Obrador, quedará en “no pasa nada. Ya devolvió parte de lo hurtado”.

Dejen les digo, el enjuague que traen con el dinero de los empleados del GCDMX, entre Claudia Sheinbaum, Martí Batres y el Sindicato. Pretendiendo enjugar sus raterías, según Julio Miranda, Líder de la Sección 1 de la representación laboral, empezó el gobierno a devolver el dinero defraudado. Acusa que depositaron en las cuentas bancarias personales 19 mil 35 pesos (reconocen el fraude), pero resulta que la cantidad exacta (más intereses por el jineteo) debe ser de 21 mil pesos por afectado. Entonces Sheinbaum, Batres, Andrés Manuel, Delgado, Citlalli, etc. siguen manipulando dinero ajeno, pues aún deben entregar 2 mil pesos más por empleado… ¡¡qué tal!!

O sea, en su marranada, estas ratas de dos patas, devuelven lo que robaron ¡¡en abonos chiquitos!! Tanto el INE, TEPJF, FGR, Secretaría de la Función Pública, CNDH, SAT, UIF, Secretaría de Gobernación, etc. guardan cómplice y omiso silencio que los convierte en secuaces de fraude, o para ellos “aportación a la causa” cual historias conocidas de Pío y Martín López Obrador, René Bejarano, Carlos Ahumada, Delfina (fina para la tranza) Gómez, Eva Cadena, Alejandro Esquer, Denis Zaharula Vasto, Carol Yessica Moreno Torres (cuñada de Andrés Manuel, esposa de Arturo López Obrador), entre otros.

Guadalupe Taddei (medusa) y Reyes Rodríguez Mondragón (Magistrado Presidente del TEPJF) ni Pío dicen sobre estas violaciones a la Ley Electoral, fraude, robo, hurto, timo con intenciones electoreras, pese a estar fuera de la época legal de campañas.

La simulación morenista para elegir a su abanderada a la presidencial, fue un “ensayo” masivo y nacional de lo que será su campaña oficial, pues se suponía que mensajes, ofertas, promesas, compromisos, eran sólo para la militancia, adherencia o simpatizantes, sin embargo el acarreo, compra de conciencia, concentraciones multitudinarias, publicidad, propaganda descomunales, etc. con dinero de los presupuestos públicos de Palacio Nacional, gabinete, gobernadores, alcaldes y más, violentó la Ley Electoral. Ni INE o Tribunal discurrieron en suspenderlas, amonestar o en su caso desconocer el procedimiento partidista pues fue evidente que “ensayaban” lo que harán en 2024.

Así se la gasta desde 2018 (septiembre) Claudia Sheinbaum, a quien el merodeador de Palacio Nacional calificó como su “corcholata favorita”. Ella desde entonces abandonó su responsabilidad –ganada en las urnas- de gobernar la Ciudad de México y se dedica a campañar ignorando, burlándose, estar en albis, de los más de 14 millones de habitantes de la capital del país, dejándolos a su suerte e impidiendo alcanzar mejor calidad de vida.

Con esta actitud, innata en Sheinbaum Pardo, pretende, maquina, se siente bendecida (por López Obrador) para aspirar a la presidencia de México, sin tener aptitud, capacidades, perfil profesional, preparación, imagen, personalidad, presencia, estilo, palmares, etc. sólo es porra, agitadora, instigadora, perturbadora. Cuando tuvo cargos públicos fue y es un desastre. Dos ejemplos ampliamente conocidos recordaré: siendo jefa delegacional en Tlalpan, fue directa y cómplice de la muerte de 26 personas en el Colegio Rébsamen.

En la Jefatura de GCDMX, lo mismo, omisa, responsable, homicida culposo/dolosa de la muerte de 26 personas y cientos de heridos, al colapsar un tramo elevado de la Línea 12 del Metro. Y si sumamos los 4 mil 869 asesinatos dolosos y contando, a manos de la delincuencia organizada en la Ciudad en los 5 años de su gobierno, entendemos que es un gobierno copia fiel de su original al de López Obrador: inseguridad, corrupción, asesinatos, fraudes, indiferencia, indolencia, mentiras. ¿Queremos eso?

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