Alejandro Álvarez Manilla La crisis de seguridad fallida está en su máximo horror. Criminales ya no respetan a la autoridad y atacan a la población civil. Mientras vivimos en el país donde no pasa nada a decir de la autoridad. Crímenes de personajes públicos y vejaciones a ciudadanía en general es lo que se ve […]
Alejandro Álvarez Manilla
La crisis de seguridad fallida está en su máximo horror. Criminales ya no respetan a la autoridad y atacan a la población civil. Mientras vivimos en el país donde no pasa nada a decir de la autoridad.
Crímenes de personajes públicos y vejaciones a ciudadanía en general es lo que se ve a diario a lo largo y ancho del país, asaltos y robos que son el pan de cada día que afecta a una clase trabajadora productiva y pacífica.
Los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, a los cuales se les suman grupos de protesta asaltan y roban transportes privados de carga es lo que ocurre a día en el estado de Guerrero, los empresarios están temerosos de que el atraco les afecte porque no tienen a quien recurrir ante el grupo violento no hay autoridad que les pueda respaldar.
Tan solo la semana pasada al calor político de las campañas Presidenciales hubo lamentables hechos
En Veracruz delincuentes arrojaron cuerpos descuartizados en vía pública, y la respuesta del gobernante fue, solo que eran delincuentes, olvidado su responsabilidad brindas seguridad a la población.
En Campeche policías fueron violentadas por reos en un operativo mal definido donde la uniformadas iban desarmadas, y la respuesta de la gobernadora Layda Sansores fue negativa, lo que provoco que sociedad civil salieran a defender a policías y a las mujeres afectadas, con manifestaciones y les llevaron alimentos y combustible para sus patrullas. El caso es que están por perder el empleo integrante de la policía de Campeche, por un error de seguridad donde las mujeres llevaron la peor parte.
En la Ciudad de México, ante la falta de respuesta de la autoridad de atenderá los migrantes que hicieron un campamento en la Colonia Juárez de la capital, en la a Plaza Giordano Bruno, los migrantes fueron golpeados por un grupo de personas provenientes de Oaxaca sin que la autoridad interviniera.
En Cuernavaca, Morelos en el centro de la ciudad fue asesinado el presidente del Instituto de Transparencia en el estado Marco Antonio Alvear Sánchez, sin que se hayan detenido a los responsables, se adujo que eran por deudas económicas, pero de la autoridad aún no hay respuesta.
Y el viernes fueron secuestrados de más de 66 personas de la sociedad civil en Culiacán, Sinaloa, la respuesta del gobernante fue no hay que alarmarse, aunque fueron liberados la mayoría de ellos entre ellos menores de edad.
Y esto ocurre en este México violento, mientras la guerra mediática entre el dueño de Tv azteca, Ricardo Salinas Pliego y el presidente por incumplimiento en el pago de impuestos esta domina las primeras planas de los diarios. Ah y las prestaciones a los venezolanos repatriados con recursos públicos, que bien se deberían de utilizar para capacitar o armar a las policías estales y municipales que son las principales víctimas del crimen organizado.
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