El gobierno mexicano se sumó “de último momento” a la firma del acuerdo global para detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra hacia el año 2030, como lo hicieron más de 100 líderes mundiales en el primer gran compromiso mundial alcanzado en la Cumbre del Clima Glasgow (COP26). Tras […]
El gobierno mexicano se sumó “de último momento” a la firma del acuerdo global para detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra hacia el año 2030, como lo hicieron más de 100 líderes mundiales en el primer gran compromiso mundial alcanzado en la Cumbre del Clima Glasgow (COP26).
Tras una primera lista oficial difundida por la ONU en la que aparecen todos los grandes países con masas forestales —Brasil, Colombia, EU, Rusia, China, Indonesia…— excepto México, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió horas después un comunicado en el que rectifica su posición inicial.
“México entregó su unión formal para la declaratoria de bosques y uso de la tierra que se dio en el marco de la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se está llevando a cabo en Glasgow, Escocia, Reino Unido. Esa declaración fue previamente firmada por 105 países”, reza el comunicado.
“Se espera que en los siguientes días más naciones se unan a la declaratoria, como las 15 que, incluyendo México, se adhirieron hoy”, señaló.
En lista (corregida) difundida por la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, figuran, Australia, Argentina, Alemania, Belice, Canadá, Chile, Colombia, Congo, Costa Rica, Cuba Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Indonesia, Japón, Kenia, España, México, Nigeria y el país anfitrión, Reino Unido, entre otros países.
Además, la lista de 105 firmantes reúne a “rebeldes climáticos” como Brasil, cuya región amazónica es considerada el pulmón del mundo, Rusia o China, retrasados en su compromiso contra el calentamiento global.
Las medidas de este acuerdo incluyen respaldar actividades en los países en desarrollo como la restauración de tierras degradadas, la lucha contra los incendios forestales y la defensa de derechos de las comunidades indígenas.
Este acuerdo incluye una financiación que alcanza los 19.2 mil millones de dólares de parte de fondos privados y públicos.
Mucho de ese dinero se otorgará a los países en desarrollo para restaurar las tierras afectadas por la deforestación, acabar con los incendios forestales y apoyar a las comunidades indígenas que protegen estos territorios.
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