El universo intimista del pintor holandés Rembrandt llega al Museo Nacional de Arte (Munal) para exponer varias obras del artista de entre las que sobresale “Palas Atenea”, una pintura que se exhibe por primera vez en México y enseña su cara más personal. La muestra “La diosa de la casa de Rembrandt” expone por primera […]
El universo intimista del pintor holandés Rembrandt llega al Museo Nacional de Arte (Munal) para exponer varias obras del artista de entre las que sobresale “Palas Atenea”, una pintura que se exhibe por primera vez en México y enseña su cara más personal.
La muestra “La diosa de la casa de Rembrandt” expone por primera vez en el país este óleo que reivindica la figura de Hendrickje Stoffels, una de sus compañeras amorosas y que fue atacada por la sociedad de principios y mediados de siglo XVII.
“Rembrandt estaba exaltando a una mujer criticada, censurada en el contexto de una moral puritana protestante y de raigambre calvinista porque vivía amancebada con el artista”, aseguró este miércoles en entrevista con Efe Héctor Palhares, curador de esta exposición que abre sus puertas al público este jueves.
Esta mirada de la sociedad se debió a que Rembrandt van Rijk (1606-1669) y Stoffels no pudieron contraer matrimonio debido a una cláusula impuesta por su primera esposa, quien había dejado estipulado en su testamento antes de morir que si el pintor se volvía a casar perdería toda la herencia que ella le había legado.
Debido a ello, Rembrandt decidió darle un lugar especial a su amada Stoffels a través de una pintura en donde la muestra como Atenea, la diosa de la sabiduría y la guerra y la protección a los guerreros, pues también fue en su vida la encargada de sacarlo de grandes problemas económicos y penurias personales.
“(La pinta) con su casco, con escudo, con armadura y como una mujer fuerte que desafía los estándares de su tiempo y la humaniza con unos pendientes de perlas. Es una mujer que habla con voz propia a partir de esa domesticidad”, contó el curador al analizar esta obra de 1654.
Y consideró que la pieza se inserta en la realidad actual en cuanto a la reivindicación y la exigencia de los derechos de las mujeres.
“En esta sociedad contemporánea los temas de inclusión y de derechos de la mujer son fundamentales. (…) Rembrandt ya lo hacía en aquel entonces”, aseguró.
Según contó Palhares, han pasado alrededor de 30 años desde que una pieza “de tal envergadura” del pintor había visitado al país.
Es por ello que la posibilidad de que “Palas Atenea” pudiera ser exhibida en el Munal un año y medio atrás hizo que todo el equipo del museo se “erizara”, rememoró.
“Hemos tenido exposiciones de gabinetes sobre estampas y dibujos de Rembrandt, pero sobretodo más gráfica. No habíamos tenido un óleo de este calado que representara justamente una etapa tan señera en la vida del maestro”, agregó.
Según el experto, fue en esa etapa del pintor que este alcanzó la maduración en sus retratos al plasmar no solamente “la pose” sino todo un universo psicológico y emocional de quienes retrataba, siendo su familia y sus seres cercanos personas fundamentales de la obra más intimista del artista.
A “Palas Atenea” la acompaña en la pequeña exhibición dos dibujos y una estampa también del artista, así como un retrato de Rembrandt atribuido a su discípulo Gerrit Dou.
Los comentarios están cerrados