“La clase política y el eco del pasado” Alejandro Álvarez Manilla Amigas y amigos lectores, no me queda la menor Duda del momento que vivimos como país exige una reflexión profunda. En México, las fuerzas políticas siguen caminos opuestos: por un lado, MORENA avanza con el respaldo de la voluntad popular, aprobando reformas clave como […]
“La clase política y el eco del pasado”
Alejandro Álvarez Manilla
Amigas y amigos lectores, no me queda la menor Duda del momento que vivimos como país exige una reflexión profunda. En México, las fuerzas políticas siguen caminos opuestos: por un lado, MORENA avanza con el respaldo de la voluntad popular, aprobando reformas clave como la del Poder Judicial y la Guardia Nacional; mientras que, por otro, la oposición se consume en sus propias disputas.
El PRI, por ejemplo, enfrenta otra contienda tras la anulación de la elección de “Alito” Moreno. Muchos mexicanos y mexicanas vemos con escepticismo su permanencia, que parecía ser el preludio de su declive definitivo. El fin del PRI no es una mera especulación, es una realidad en desarrollo, al igual que el PRD, que recientemente recibió el último golpe que lo dejará como un vestigio de lo que alguna vez fue un esfuerzo por democratizar la vida pública. Hoy, ese partido no es más que un aliado servil del PRIAN.
En cuanto al PAN, tampoco me queda la Duda de que su panorama no es mejor. Sus tensiones internas van desde el debate sobre la posible salida de Ricardo Anaya, (quien ha afirmado que no se irá), hasta las acusaciones mutuas entre sus líderes. Más que concentrarse en generar una propuesta seria para las próximas elecciones, parecen más interesados en preservar sus pequeños feudos de poder.
En este escenario caótico, algunos opositores buscan cualquier oportunidad para atacar al aún presidente Andrés Manuel López Obrador y a la doctora Claudia Sheinbaum, quien será la próxima presidenta. En su desesperación, han sacado del olvido al expresidente Ernesto Zedillo, que ahora pretende erigirse como una voz crítica en medio de un proceso de transformación profunda en el país.
No es coincidencia su regreso. Ernesto Zedillo, el ex presidente que privatizó los ferrocarriles, cargó con la tragedia de Acteal y reformó el sistema de pensiones, precarizando a la clase trabajadora, reaparece justo en un momento en el que la oposición parece desmoronarse.
Resulta paradójico que algunos crean que las palabras de un expresidente que lideró una de las peores crisis económicas de México puedan ofrecerle oxígeno a una oposición tan debilitada.
Además, no debemos olvidar que fue Zedillo quien, en su mandato, cerró la Suprema Corte durante casi un mes, forzó el retiro de 26 ministros y nombró a 11 nuevos bajo el manto de su mayoría legislativa. Curiosamente, en esos tiempos nadie mencionó la palabra “dictadura”, una acusación que ahora lanzan contra un gobierno que simplemente cumple con su mandato.
El tiempo, como siempre, pondrá las cosas en su lugar. La oposición, con sus propios errores, se está hundiendo sola. MORENA, mientras tanto, seguirá construyendo el país que la ciudadanía ha respaldado con firmeza en estas últimas elecciones.
Los comentarios están cerrados