Alejandro Álvarez Manilla Históricamente el estado de Guerrero ha sido escenario de violencia crímenes y destrucción. Esta semana conocimos de una masacre más con enfrentamiento de bandas delictivas que dejaron 17 muertos en la zona serrana de San Miguel Totolapan. Aún tenemos el recordatorio cada mes de Ayotzinapa, ya que los padres de los normalistas […]
Alejandro Álvarez Manilla
Históricamente el estado de Guerrero ha sido escenario de violencia crímenes y destrucción. Esta semana conocimos de una masacre más con enfrentamiento de bandas delictivas que dejaron 17 muertos en la zona serrana de San Miguel Totolapan.
Aún tenemos el recordatorio cada mes de Ayotzinapa, ya que los padres de los normalistas desaparecidos realizan marcas cada mes en la Ciudad de México. Hay 43 estudiantes desaparecidos y sus familiares desconocen que ocurrió realmente, ante todas las declaraciones políticas, los acusados y detenidos por el caso de hace casi 10 años, fue en septiembre del 2014.
La matanza de aguas blancas junio del 1995, en una emboscada, donde 17 campesinos fueron asesinados y 23 más heridos. Hecho que fue condenado a nivel mundial. Donde intervinieron policías y paramilitares que antes habían invadido la región. Los atacados eran integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, que iban al poblado Atoyac de Álvarez y en el vado de Aguas Blancas ocurrió la masacre. Un año después ante la indefensión de los campesinos apareció el Ejército Popular Revolucionario, algo parecido como los grupos de autodefensas que hoy conocemos.
En ambos conflictos los gobernadores en turno Priístas se retiraron del cargo al solicitar licencia del caso aguas Blancas Rubén Figueroa Alcocer, hijo del ex gobernador del mismo nombre propietario de la flota de transporte camionero más importante del país.
Rubén Figueroa Figueroa, padre de Figueroa Alcocer gobernó a la vieja usanza, con arma a la cintura y se relacionó con militares como Mario Arturo Acosta Chaparro, quien enfrento a la Guerrilla 23 de septiembre que encabezaron Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, otro conflicto histórico guerrerense.
En la masacre de Ayotzinapa, con la desaparición de los estudiantes normalistas, el gobernador Ángel Aguirre Rivero también de PRI, a un mes de la tragedia solicito licencia.
Ante la situación actual en Guerrero, con el asedio a la población con cobro de piso, robos, extorsión, amenazas y crímenes. Además, ciudades como Acapulco, Chilpancingo, Taxco e Iguala acosadas por la delincuencia que ha paralizado actividades económicas, ante el paro del transporte público que no laboro por temor a venganzas de grupos delincuenciales.
En Guerrero, no hay gobierno, es un estado fallido, donde hay en nombramiento Gobernadora, Alcaldesas y Alcaldes que solo son de papel, porque no atienden la inseguridad. Pero siguen sin cambio alguno. NO renuncian ni piden licencia a sus cargos.
Obispos de la iglesia católica intentaron lograr una tregua de paz que quedo en el olvido, ante el alabo y/o silencio de la autoridad, hay 10 grupos criminales que se disputan el estado y afectan a la población. Que en parte sigue damnificada por el Huracán “Otis”.
Pero ante la inseguridad, la autoridad esta omisa.
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