De Política Alejandro Álvarez Manilla

En los últimos años hemos vivido cambios en las políticas públicas de atención a la población, que son consideradas como ocurrencias.

El más destacado en la cancelación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que se ubicaría en Texcoco, Estado de México, y las actual Presidencia, determino por ser un concepto vinculado a la corrupción determino no continuar la obra, donde se perdió mucho dinero que ya se había invertido.

Pero a nivel estatal también se han considerado acciones como gobernadores y alcaldes que con fotografías y hasta videos con integrantes de grupos delincuenciales, que aun siguen en su actividad sin que se les finque responsabilidades, ante gobiernos fallidos donde la delincuencia impera, como son Guerrero y Morelos.  

Las obras de fin de año. Si en diciembre alcaldías se gastan excedentes para justificar el presupuesto remodelando banquetes y colocando nomenclatura en las calles y avenidas.

Al igual festivales populares, que van más allá de la tradición mexicana, y pro supuesto justificar gastos como en hizo en la alcaldía Cuauhtémoc de la capital del país, “La carrera del pavo”, y verbenas fuera de temporada, así como operativos que se inventan para justificar su populismo en redes sociales.     

Y que, de los populismos administrativos, inauguración de obras inconclusas como Birmex, la distribuidora de medicamentos que aún no está concluida, pero López Obrador la podrá en operación este mes, y canales de abastecimiento de agua en Nuevo León, caminos rurales construidos con materiales de baja calidad en Oaxaca.

Hasta los viajes de gobernantes al extranjero, de donde se inventan que atraen inversiones, que solo las tienen en papel porque nada se concreta.

Y que decir de la inseguridad, con operativos de fuerzas federales y locales que no protegen a la población, la delincuencia se ensaña con la ciudadanía aunque las autoridades les llaman daños colaterales, aunque con eso no solucionan las perdidas de vidas humanas.