Miscelánea Salud y Política. Judith Álamo López Ya no vale la pena disimular, considera el gran hombre, entre más se acerca el final del sexenio, más impetuoso y desesperado se vuelve, n medio de las sospechas que lo señalan como presunto sujeto de una investigación de la DEA por recibir financiamiento del Cártel de Sinaloa en su […]
Miscelánea Salud y Política. Judith Álamo López
Ya no vale la pena disimular, considera el gran hombre, entre más se acerca el final del sexenio, más impetuoso y desesperado se vuelve, n medio de las sospechas que lo señalan como presunto sujeto de una investigación de la DEA por recibir financiamiento del Cártel de Sinaloa en su campaña del 2006, como acostumbra, desvió la atención de la agenda pública a sus anhelos de trascendencia.
Aprovechando el 107 aniversario de la Constitución de 1917, montó un espectáculo para denostar una vez más a la carta magna, y presentó un paquete de 20 iniciativas legales al Congreso de la Unión, 18 de ellas constitucionales, y éstas al igual que sus mega-obras faraónicas son ocurrencias acordes a sus anhelos de trascendencia, pero carecen de proyectos de impacto presupuestario y factibilidad. Por la prisa, se les fueron errores sustanciales.
Entre los yerros, por ejemplo, están: recortar de 11 a 8 los ministros de la SCJN, y que los mismos duren en el cargo máximo 12 años, en lugar de los 15 actuales, pero quienes realizaron el proyecto olvidaron cambiar el número de votos necesarios para aprobar cualquier recurso, o sea dejaron sin cambio el número de 8 votos necesarios, lo que haría necesario que el 100% de los ministros coincidieran.
Otros absurdos fue plantear reformas para incluir en la Constitución los derechos a la salud y a la vivienda, ambos ya existen en el texto constitucional, desde1983 se incluyó el Derecho a la Protección de la Salud (DPS) en los artículos 4 y 77 constitucionales; y desde 1948 se plasmó en nuestra ley fundamental el derecho de toda familia a disfrutar de vivienda digna y decorosa.
Insiste, un AMLO inspirado en tratar de vender entre sus seguidores que en los menos de 8 meses que le restan a su mandato, dejará programados los cambios de su Cuarta Transformación (4T) y, claro, su candidata a sucederlo, Claudia Sheimbaun lució triste ojerosa y cansada al tener que tragarse ese sapo.
Rodeada de su equipo, la aspirante presidencial de la alianza Juntos Haremos Historia ratificó que las reformas de marras serán parte fundamental de su proyecto de gobierno, que presentará el próximo primero de marzo, al arrancar su campaña en el zócalo capitalino.
Lo evidente es que López Obrador no está preparado para dejar el mando, infringe las normas electorales (Art. 134 constitucional) al intervenir en los próximos comicios del 2 de junio de 2024, ofertando la continuidad de su proyecto, y olvida que hace 17 años fue él quien propuso la neutralidad de todo servidor público frente a los comicios, empezando por el presidente de la República. ¡Qué mala memoria!. ¿o será parte de su perfil caracterológico?: mitómano, fantasioso e incongruente
Presentar el proyecto electoral de Claudia Sheimbaun, quizá sea un acto desesperado para evitar las investigaciones que se abrirán en cuanto concluya su mandato, en riesgo están y así lo evidencian sus propuestas al Congreso para desaparecer la Judicatura Federal y la autonomía del Poder Judicial y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y cómo no hay plan sin maña, busca instaurar que los Ministros, Magistrados y Jueces sean electos popularmente a propuesta de legisladores, gobernadores, pero principalmente del Jefe del Ejecutivo.
Dice que “por razones de austeridad”, quiere recortar 200 diputados y 64 senadores plurinominales de la República. En ambos casos se trata de acabar con la independencia de los otros dos Poderes de la Unión –Judicial y Legislativo– y minar la democracia.
Paradójicamente él pudo llegar a la presidencia de la República gracias al andamiaje democrático que se construyó y mediante los repartos proporcionales para los partidos minoritarios. Una vez arriba, quiere tirar de una patada esa estructura, para coronarse como presidente imperial, autócrata, patriarca o algo así.
Ni en la monarquía inglesa, de reinas y reyes por “derecho divino”, cuyo linaje los hizo herederos de un imperio, ni el rey del Reino Unido tiene tantos poderes como quiere concentrar el Mesías de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador, allá opera un gobierno parlamentario cuyo principal jefe político es el Primer Ministro.
El rey es el jefe de Estado de Reino Unido; sin embargo, sus poderes son simbólicos y ceremoniales. AMLO en cambio quiere con sus iniciativas postreras, –a ver si pegan, porque el contenido revela que incluyó filias y fobias en su propuesta. El objetivo es desaparecer el sistema de contrapesos de México, una República democrática, con elecciones libres y cuyo gobierno descansa en los tres Poderes de la Unión.
Su estilo personal de gobernar ya nos ha costado una hipoteca del país en materia de deuda externa, la cual pasó de significar 109,818 en 2019 a 126, 800 por habitante en 2024, o sea creció durante la presente administración en 15 %. (Belén Saldívar de El Economista). A esto hay que sumar un cúmulo de megaproyectos aberrantes y costosos que han dejado al país sin crecimiento económico real, si nos apegamos a que apenas se logró un crecimiento similar al de antes de la pandemia.
Ahora insiste en hacer cuentas alegres, dijo a través de su secretaria de Gobernación en que con el 25% de lo que produzcan sus obras faraónicas administradas por los militares (qué iluso, hasta ahora siguen representando el mayor gasto público deficitario), esos recursos deberán cubrir la cuarta parte de las pensiones de 9 millones de personas que perciben menos de 16 mil 777 pesos mensuales. Fiel a su estilo, AMLO no acompañó estas propuestas con proyectos de viabilidad presupuestal.
Pero lo peor de sus iniciativas está en la propuesta de cancelar los Órganos Constitucionales Autónomos (OCAS) como el INE, INAI, COFECE, CONEVAL, desaparecer los fideicomisos del Poder Judicial con el pretexto de orientar esos recursos también a las pensiones.
Plantea incorporar las funciones de los OCAS a las dependencias públicas como crear en lugar del INE un INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) y otros incluirlos en SEFUPU, INEGI, Secretaría de Economía. La desmesura de sus iniciativas se centró en elevar a nivel constitucional la prohibición de vapeadores y el consumo de fentanilo.
Según las iniciativas propuestas por AMLO, los OCAS con naturaleza reguladora dejarán de ser administrados por órganos técnicos especializados y pasarán a depender del presidente de la República, quien ejercerá funciones reguladoras, como la la Comisión de Hidrocarburos y de Energía; Telecomunicaciones, radiodifusión y TV; el Consejo Nacional de Políticas de Desarrollo.
El hombre en busca de trascendencia histórica, queriendo igualar al Benemérito de las Américas, Benito Juárez, elude su ejemplo, él sí dejó superávit en el tesoro. también enfrentó lo que era urgente y necesario. Toca a los ciudadanos señalar los rezagos, mismos que no son buena propaganda electoral, el gobierno de López Obrador quedó a deber al no frenar la mortalidad a causa de la inseguridad que provocan los grupos delincuenciales y aclarar las sospechas de corrupción en los altos mandos del Ejecutivo.
Ni la Guardia Nacional ha podido disminuir la violencia, pese a que se insista en quitarle su esencia civil constitucional para incorporarla al Ejército. Hace falta una reforma fiscal de gran calado y atender el problema de la escasez de agua por el calentamiento global, entre otros rubros como son trabajar a favor de la educación, la salud y otros indicadores de retraso en el índice real de bienestar social. Estas iniciativas de reformas hacen falta, casi todas las propuestas el pasado 5 de febrero, por ser para exclusivas para el engrandecimiento de AMLO y su camarilla, deberán pasar sin pena ni gloria.
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