Puntales Agustín Vargas Desde 2009, la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF) y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) han estado desequilibrados, pues se proponen ingresos por debajo de lo necesario para cubrir el gasto público. Desde entonces –si no es que tiempo más atrás–, las metas anuales […]
Puntales Agustín Vargas
- Endeudamiento histórico, sin responsabilidad
- Deuda pér capita en 2024: 127 mil pesos
- Traspasos hipotecarios fraudulentos
Desde 2009, la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF) y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) han estado desequilibrados, pues se proponen ingresos por debajo de lo necesario para cubrir el gasto público.
Desde entonces –si no es que tiempo más atrás–, las metas anuales de endeudamiento no se cumplen, aunado a que los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2024 postergan el tiempo para regresar al equilibrio presupuestario, poniendo en riesgo la sostenibilidad fiscal de largo plazo enmarcada por la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH).
Se supone que para el 2024, el gasto público se reduciría y que, por lo tanto, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), es decir, el endeudamiento, bajaría de 4.1% a 2.7% del PIB. Al menos eso es lo que el Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Hacienda, había expuesto en el Paquete Económico de hace un año. Algo totalmente alejado de la realidad, como muchas de las cosas que han sucedido en este sexenio.
Resulta que el Paquete Económico 2024, se propone un gasto mayor por 766 mil 398 millones de pesos y el doble de endeudamiento: 5.4% del PIB. Además, los intereses correspondientes al pago de la deuda pasarían de 3.5% a 3.8% del PIB (1 billón 263 mil 994 mdp), superando el gasto en educación de 3.1% del PIB (1 billón 096 mil 544 mdp) y salud de 2.9% del PIB (990 mil 974 mdp).
Por tal razón, el indicador de la deuda pública por persona seguiría en aumento, pues pasaría de 118 mil 780 pesos en 2023, a 126 mil 818 pesos en 2024, incluyendo desde recién nacidos hasta las personas de mayor edad. En este sentido, las niñas y niños estarían heredando obligaciones sin que exista una fuerte inversión en su educación y en los cuidados que requieren para su bienestar.
Estos puntos y otros igual de importantes, han sido analizados por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) ante la discusión y eventual aprobación de la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación 2024.
En el documento titulado “El déficit y la deuda de los CGPE 2024. Postergar decisiones y heredar obligaciones”, el CIEP enfatiza que para asegurar la sostenibilidad en el largo plazo, es necesaria una reforma fiscal que revise la situación financiera del gobierno federal, sus organismos y empresas; así como analizar el incremento en los gastos comprometidos.
Ante todo, destaca el organismo, se necesitan recursos para enfrentar en tiempo y forma, las demandas de la población, así como dirigir los programas a áreas prioritarias como educación, salud y primera infancia.
Traspasos fraudulentos
La práctica de los traspasos inmobiliarios, en particular los relativos a las casas habitación, es tan común en la cultura de los mexicanos que casi nadie reparaba en ellos.
No obstante, en la actualidad esa práctica comienza a preocupar no sólo a quienes la llevan a cabo, sino a las propias instituciones de vivienda y financieras que otorgan créditos para la adquisición de bienes inmuebles, particularmente el Infonavit.
Para ese instituto de vivienda, la persona que contrata el crédito es la única responsable de terminar de pagarlo y esta obligación no se puede transferir a alguien más.
Si alguien acepta “comprar” su casa a través de un traspaso podría ser víctima de fraude, pues no contaría con un documento que avale que sea el dueño o dueña de la casa.
Por esa razón, quien o quienes compran casa mediante traspasos de un crédito Infonavit podrían convertirte en víctima de fraude y perder su dinero.
Esto es así porque el Infonavit (y en general ninguna financiera) no contempla en su normativa ni en ningún otro documento jurídico la figura del traspaso; además, desde la originación del crédito hasta la firma de la escritura de la vivienda, existe una cláusula que establece que no se puede transferir la obligación adquirida ante el Infonavit; es decir, es obligación de la persona que contrató el crédito terminar de pagarlo.
Estos son los riesgos que se tienen al “comprar” una casa a través de un traspaso:
Se pagaría el crédito a nombre de otra persona, pero no contarían con algún documento que avale tú eres la dueña o dueño de la casa; para reclamar el derecho sobre la vivienda, se tendría que iniciar un juicio que podría tardar varios meses o años en resolverse.
Además la carta de la liberación de la hipoteca, al concluir el pago del crédito, se emitiría en favor del acreditado original y no del que adquirió mediante traspaso, aunque éste haya terminado de pagar el financiamiento. Por tanto, la escritura de la vivienda, seguiría a nombre del acreditado original.
La persona que tramitó el Crédito Infonavit podría “traspasar” el mismo financiamiento a varias personas de manera fraudulenta y los compradores no contarían con ningún derecho sobre la propiedad.
Síganos en www.habitatmx.com
Escríbanos también a [email protected]
*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx
Los comentarios están cerrados