Una escultura en piedra de la época prehispánica, la cual representa a una deidad de la muerte, fue recuperada por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, en el Tramo 7 del Tren Maya, durante las tareas de salvamento arqueológico que lleva a […]
Una escultura en piedra de la época prehispánica, la cual representa a una deidad de la muerte, fue recuperada por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, en el Tramo 7 del Tren Maya, durante las tareas de salvamento arqueológico que lleva a cabo.
Al participar en la conferencia matutina del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, informó que la imagen en piedra caliza fue ubicada el 16 de junio de 2023, en el poblado de Conhuas, Campeche, cerca de la zona arqueológica de Balamkú.
De acuerdo con los análisis preliminares de los investigadores, se trata de una escultura antropomorfa en posición sedente, de 25 centímetros, cuyo personaje tiene modificación craneal de tipo tabular erecta, porta una nariguera y un antifaz en el cráneo; además, cuenta con restos de pigmentos en color rojo. Se estima que su antigüedad corresponde al periodo Clásico Temprano (200-600 d.C.).
“Es una figura que por sus rasgos descarnados apela a motivos mortuorios y se vincularía con una deidad de la muerte”, explicó el titular del INAH al abundar que junto con esta escultura se recuperaron tiestos de cerámica policromada.
Sobre los avances en las tareas de salvamento arqueológico en las obras del proyecto ferroviario, Prieto Hernández comentó que en el Tramo 7 se han identificado y resguardado 21,960 elementos inmuebles (entre albarradas, basamentos, nivelaciones y caminos antiguos), de manera que concentra alrededor del 40% del total de los bienes inmuebles localizados y estudiados durante las labores arqueológicas de toda la obra.
“Esto nos habla de la gran densidad de población que hubo en esta región de la península de Yucatán, gracias a una compleja organización social, a la eficacia de la milpa maya y a un sistema urbano que conectaba a diversas ciudades-Estado que comerciaban entre sí, representando a poblados de cientos de miles de habitantes”.
El titular del INAH indicó que, adicionalmente, en el Tramo 7, donde ya se dio el 100% del visto bueno de obra, se han recuperado 306 bienes muebles, 72,480 tiestos cerámicos, 64 entierros humanos y se han reconocido 227 rasgos naturales asociados a presencia humana.
Respecto al Tramo 6, donde el visto bueno de obra es de 99.67%, informó que los elementos inmuebles suman 2,907 y los de tipo mueble, 36; además de 62,955 tiestos cerámicos, tres entierros humanos y 21 rasgos naturales.
Sobre el Tramo 5, Prieto Hernández refirió que ya cuenta con el 100% del visto bueno de obra y se han localizado 8,755 bienes inmuebles, 159 elementos muebles, 28,317 fragmentos de cerámica, un entierro humano y 778 rasgos naturales.
“El Tramo 5 es predominante en este último rubro, ya que las cavernas, cuevas, grutas inundadas o seminundadas y los cenotes resguardan evidencia arqueológica que se remonta a grupos humanos previos a los asentamientos agrícolas, es decir, a cazadores-recolectores seminómadas que habitaron la región desde hace 12,000 años”.
Por último, el director general del INAH brindó una síntesis de las acciones que, como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), se realizan en Tulum, Muyil, El Meco, Xel-Há, Oxtankah, Dzibanché, Chacchoben, Kohunlich y Calakmul, así como en el sitio de Ichkabal, cuya apertura pública se prevé en 2024, y en el Corredor Ecoarqueológico Paamul II.
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