Después de dos años y dos meses, cientos de capitalinos volvieron a utilizar ayer una parte del tramo elevado de la Línea 12 del Metro, con temor, pero también con alivio por lo que significa en el ahorro de tiempo de traslados. Las cinco estaciones del viaducto elevado que reabrieron ayer lucían como cualquier fin […]
Después de dos años y dos meses, cientos de capitalinos volvieron a utilizar ayer una parte del tramo elevado de la Línea 12 del Metro, con temor, pero también con alivio por lo que significa en el ahorro de tiempo de traslados.
Las cinco estaciones del viaducto elevado que reabrieron ayer lucían como cualquier fin de semana previo al 3 de mayo de 2021… salvo por la mezcla de nerviosismo y temor que dijeron sentir algunos.
“La verdad me da un poco de miedo volverme a subir al Metro”, confesó María Concepción, quien iba acompañada por su hijo hacia el Centro de la Ciudad.
Es una de las usuarias que se vio orillada a realizar sus recorridos en los autobuses de RTP y el Metrobús que fueron implementados para sustituir la Línea Dorada, la cual cerró tras el colapso que provocó 26 muertos y 103 lesionados.
“Mi movilidad ha sido muy complicada, mucho tiempo en el tráfico. Ha sido horrible, yo viajo al Centro y ha sido dos horas para mi trabajo, mucho tiempo perdido”, relató Rosalía Cedillo.
“(Espero) que sí funcione, pero sí me da miedo. Hoy sólo vine a hacer el trayecto y ver qué tan seguro es”.
Para algunos de los habitantes que acudieron a la reapertura de las primeras cinco estaciones del tramo elevado de la Línea 12 del Metro, los últimos dos años fueron muy duros.
Para Fernanda, una joven que ayer viajaba hacia el Centro Histórico en la Línea Dorada, el tramo reabierto significaba hasta hora y media, en hora pico, en contraste con los 10 a 15 minutos que le toma al Metro.
“Estos dos años fueron muy pesados, tan sólo de pensar que tenía que levantarme muy temprano, planeé a qué hora tenías que salir, porque tenías que tomar micro, entonces tienes que prever muchas cosas para llegar”, narró la joven.
Culhuacán, San Andrés Tomatlán, Lomas Estrella, Calle 11 y Periférico Oriente volvieron a operar desde ayer por la mañana, a dos años y dos meses del colapso.
“A final de cuentas, el miedo siempre va a existir, tienes que seguir haciendo tus cosas, previendo y esperando que no vuelva a suscitar nada”, justificó Fernanda.
La reapertura, con la cual la Línea 12 operará en 14 de las 20 estaciones con las que cuenta, llega tras una serie de fechas prometidas por parte de las autoridades, las cuales no llegaron a materializarse.
Desde junio de 2021, a semanas de que ocurrió el siniestro, el Presidente Andrés Manuel López Obrador había asegurado que la totalidad de la Línea 12 estaría operando a más tardar un año después.
Fue hasta enero pasado que las nueve estaciones del tramo subterráneo volvieron a funcionar.
Sin embargo, las cinco estaciones reabiertas ayer debían de operar desde junio, un plazo que terminó por recorrerse casi un mes y todavía con pendientes: el Jefe de Gobierno, Martí Batres, previó que el resto de la línea pueda usarse antes de que termine el año.
“Esperamos que esté terminada toda la obra, las seis estaciones que faltan antes de que termine este año”, indicó Batres.
Para los comerciantes y habitantes que se encuentran en el tramo sin operar, la insatisfacción persiste.
“No estoy contento aún, todavía falta el otro tramo. Para llegar de Tláhuac a Periférico son mínimo 40 minutos, eso era un recorrido en Metro que se hacía en 15 minutos. Para mí no es festivo, porque todos los días que salgo paso por Olivos y ahí están las cruces de las personas que murieron, y te acuerdas de lo que pasó y a las personas a las que afectó”, relató Federico Martínez, habitante de Tláhuac.
“Y todavía a las personas que estamos de ese lado, seguimos siendo afectados, enfrentándonos al caos que es desde hace dos años Avenida Tláhuac”.
Los comentarios están cerrados