Miscelánea, salud y política Judith Álamo López Mientras las campanas tañen para indicar el fin de la era democrática, los magistrados del Tribunal Electoral ratifican el guion escrito por el INE y entregan la sobrerrepresentación a legisladores de Morena y aliados quienes con la prisa de entregarle el regalazo de despedida a su amado líder, populista […]
Miscelánea, salud y política Judith Álamo López
Mientras las campanas tañen para indicar el fin de la era democrática, los magistrados del Tribunal Electoral ratifican el guion escrito por el INE y entregan la sobrerrepresentación a legisladores de Morena y aliados quienes con la prisa de entregarle el regalazo de despedida a su amado líder, populista y autoritario, amenazan con destruir a mazazos los diques de contención democráticos construidos en las últimas décadas.
Coincide, paradójicamente con el Día del abuelo, una fecha en que los nietos festejan la sabiduría, paciencia y amor incondicional de los padres de sus padres. Un abuelo en Palacio Nacional, con el mohín sacástico que le caracteriza, celebra lo que él llama “momentos estelares” de su reforma al poder judicial para salvar a “su pueblo” de las tentaciones neoliberales.
Bueno, casi “la salva”, porque los vecinos del norte, Estados Unidos y Canadá socios comerciales desde hace tres décadas de México, hermanados por la geografía In saecula saeculorum –por los siglos de los siglos–, ya manifestaron sus preocupaciones porque esta reforma en sus términos actuales afectaría a sus inversionistas y no resuelve la corrupción ni da fortalezca al sistema de justicia.
Los comentarios de los embajadores Ken Salazar y Graeme Clark, de Estados Unidos y Canadá, motivaron enojo en el presidente López Obrador pues considera que sus opiniones son injerencistas, violan nuestra soberanía nacional y por ello puso en “pausa” las relaciones con los representantes de los países del norte, es más los acusó de estar “asociados”. Pues sí, también México, los tres están en el T-MEC y eso obliga a las partes a cumplir con las reglas jurídicas que hayan acordado.
Regresando a “la pausa” establecida por AMLO comentan los especialistas que en el argot diplomático se trata de una aportación de AMLO, quien da unas pinceladas más al pintoresco retrato de caudillo que se ha fraguado desde que arrancó su sexenio, pero en el mundo de las relaciones exteriores no es bien vista la chabacanería, devalúa al país representado. López Obrador por primera vez utilizó el terminajo con España cuando su gobierno se negó a darle una disculpa al pueblo de México por la Conquista española, hace 532 años.
A las críticas por la reforma al poder judicial se han sumado los diarios más leídos a nivel mundial, como son New York Times, el Washington Post, el Wall Street Journal (“pasquines” para AMLO); las calificadoras y bancos internacionales (Moody´s, Fitch Ratings, Morgan Stanley, etc.) alertan del declive en inversiónes y créditos internacionales que vienen junto con la disminución del grado de inversión otorgado a México si decae la confianza en su Estado de Derecho. Adíos al nearshoring, al crecimiento y a otras oportunidades de desarrollo.
La prospectiva desalentadora para México por la elección judicial es compartida por muchos gobiernos extranjeros democráticos, organismos empresariales y financieros –nacionales y extranjeros–, organizaciones multilaterales de América y Europa, el peso se devalúa frente al dólar, la deuda pública aumentó al 47.6% del PIB, en la primera mitad del presente año.
Como si no hubiera sido suficiente con la elección inequitativa que se realizó bajo el mando del jefe del Ejecutivo con el destape y la campaña de proselitismo desde tres años antes de las elecciones presidenciales, a favor de Claudia Sheinbaum, usando los recursos del Estado, incluidos los programas sociales, con la complicidad de las autoridades electorales –salvo honrosas excepciones–, que le reclamaron sus sistemáticas violaciones, y sin embargo, validaron un triunfo, fraudulento para muchos, interpretando el Artículo 54 constitucional con apego a experiencias previas y no a su espíritu.
A 32 días de concluir su mandato, el mandatario acusa a los críticos de sus iniciativas de cambios a la Constitución (Plan “C”) que comienza por la elección de ministros, magistrados y jueces de ser “cómplices del saqueo que hubo” en el país en gobiernos anteriores. Nada parece detener el cambio de régimen en México de nación de instituciones democráticas a un régimen autocrático.
Ríe jocoso el presidente al mostrar un mensaje en la red “X de Enrique Krauze en redes sociales: “Después de ser una monarquía, el 4 de octubre de 1824 México se convirtió en una república. Pasaron 200 años. En septiembre de 2024 México dejará de ser una república para convertirse en una monarquía. ¿Lo permitiremos?”. Remata AMLO: “Vamos a coronar a Claudia Carlota”.
No hay consideración alguna ni del Ejecutivo ni de la mayoría legislativa para los más de 135 mil trabajadores del Poder Judicial, profesionales especializados en paro parcial desde el pasado 19 de agosto para protestar contra la simulación, ya que los legisladores oficialistas ignoraron sus propuestas en los foros organizados por el legislativo supuestamente para fortalecer la iniciativa, y a sotto voce juraban “va que va la reforma como la planteó AMLO”.
La reforma carece de virtud alguna, puesto que es considerada la venganza del Ejecutivo en contra de la ministra presidenta Norma Piña de la Suprema Corte de Justicia, quien con dignidad y honor para el poder judicial que encabeza no se subordinó al jefe del Ejecutivo; también es en contra de los ministros, magistrados y jueces que no se sometieron a sus órdenes.
El “pecado” fue que pese a presiones y amenazas hasta de muerte, se mantuvieron fieles a la Constitución, no como el exministro Arturo Zaldívar, quien ha sido acusado de que cuando presidió la SCJN se sometió al Ejecutivo, lo cual fue revelado por el propio AMLO en una de sus conferencias mañaneras, y premiado por Claudia Sheinbaum con un alto puesto.
Ojalá de tiempo de que la SCJN le aplique sanciones luego de comprobar que cometió los actos de corrupción de que es acusado por subalternos del PJF, se le investiga por presuntos sobornos, abuso de autoridad y falsificación de documentos y testigos.
El castigo para los trabajadores de un poder autónomo (PJF) que no se sometió a los caprichos presidenciales será extensivo al pueblo, a unos se les violentan sus derechos laborales, se ataca su prestigio y fama públicas, acusaciones no menores en contra del primer mandatario; pero el atentado mayor es contra la República, porque afectará la impartición de justicia autónoma, pronta y expedita.
Se debilita un poder autónomo que sí ameritaba una reforma hecha con seriedad, con la mayor participación posible de los expertos, formulada con la cabeza no con el estómago del amado líder. Reforma que, de buscar mejorar los órganos de procuración, comenzaría por las Fiscalías y los Ministerios Públicos.
Sin temor a las consecuencias de sus actos, fiel a su estilo, AMLO con la connivencia de muchos codiciosos y quizá algunos ingenuos y fieles seguidores, se prepara para las fiestas del adiós destruyendo un sistema profesional de mérito y capacidad para que emerja uno basado en la popularidad y la suerte (se incluirán tómbolas para ajustar la elección final de funcionarios, jueces, magistrados y ministros).
El único país en el mundo con elecciones federales de magistrados es Bolivia, y conforme a opiniones de expertos fracasó rotundamente. Los ciudadanos del país sudamericano votan desde 2011 por los 28 cargos del Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Agroambiental y el Consejo de la Magistratura.
Los factores de alarma crecen frente a la inminente aprobación del Plan “C” de López Obrador que comprende la desaparición de organismos autónomos de México, ya que sin órganos reguladores ni transparencia los gobiernos autoritarios se convierten en dictaduras perfectas.
Y ya conocemos de la debilidad de López Obrador por tratar de empatar a la gran nación mexicana con las despreciables dictaduras socialistas que subsisten aún en contra de la voluntad popular con la complicidad del Ejército en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Hasta el momento la presidenta electa Claudia Sheinbaum solo repite lo que López Obrador manda, entedible lo del proyecto compartido, pero si la universitaria científica no marca su raya hoy, por supervivencia de su gobierno y respeto a la voluntad de los 36 millones que votaron por ella, quedará como rehén de un expresidente ansioso de trascendencia, al que no le importa dejarle un país en bancarrota, emproblemado y con muchos frentes abiertos.
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