Alejandro Álvarez Manilla Este miércoles murió la víctima número 13, de reste proceso electoral ensangrentado. El martes Gisela Gaytán fue asesinada a balazos en medio de simpatizantes en Celaya, Guanajuato, era la candidata a la Presidencia Municipal de esa localidad por MORENA y aliados, hace seis años fue candidata del PRI a una diputación local. […]
Alejandro Álvarez Manilla
Este miércoles murió la víctima número 13, de reste proceso electoral ensangrentado.
El martes Gisela Gaytán fue asesinada a balazos en medio de simpatizantes en Celaya, Guanajuato, era la candidata a la Presidencia Municipal de esa localidad por MORENA y aliados, hace seis años fue candidata del PRI a una diputación local. Hoy es una estadística más de la violencia. Su acompañante, candidato a Regidor Adrián Guerrero también a causa de los impactos de bala perdió la vida.
Desde noviembre del 2023, fueron asesinados de Jaime Dámaso Solís, aspirante del PAN a la alcaldía de Zitlala, Guerrero; Miguel Ángel Cruz Robles, candidato a la presidencia municipal de Villa del Carbón, Estado de México, por Morena.
También, Wilman Monje Morales, exalcalde y aspirante a la diputación local por MC en Gutiérrez Zamora, Veracruz, también Alejandro Lanuza Hernández, regidor del PAN en Salvatierra, Guanajuato, además el aspirante a la presidencia municipal; Javier Torres Barrera, excandidato del PAN en Chiautla de Tapia, Puebla, quien también buscaba la presidencia municipal.
Igualmente, e diciembre Dagoberto García, aspirante de Morena en Maravatío Rivera, Michoacán; y Ricardo Taja Ramírez, precandidato de Morena a la alcaldía de Acapulco, Guerrero, asesinado en una pozolería.
En enero de este año, la violencia siguió con el asesinato de Giovanni Lezama Barrera, secretario general del PAN en Cuautla, Morelos, perfilado para una diputación federal; en Chiapas David Rey González Moreno, aspirante a la presidencia municipal de Suchiate, por el Frente Amplio por México. Mientras que, en Colima Sergio Hueso, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Armería; Miriam Nohemí Ríos Ríos, dirigente de MC en Jacona, Michoacán; Marcelino Ruíz Esteban, exalcalde perredista de Atlixtac, Guerrero; y José Alejandro Naredo García, líder del PRD en Cuitláhuac, Veracruz.
En el segundo mes del 2024, en Jalisco, Jaime Vera, precandidato de Morena y PVEM a la alcaldía de Mascota; Juan Pérez Guardado, secretario de Desarrollo Social en Fresnillo, Zacatecas; Yair Martín Romero Segura, precandidato a diputación federal por Morena en Ecatepec; Miguel Ángel Zavala Reyes y Armando Pérez Luna, ambos precandidatos a la alcaldía de Maravatío, Michoacán, por Morena y PAN respectivamente, fueron asesinados.
En marzo 2024: en Guerrero Alfredo González Díaz, aspirante del PT a la alcaldía de Atoyac, y Tomás Morales Patrón, de Morena en Chilapa; Diego Pérez Méndez, del PRI en San Juan Cancuc, Chiapas; y Jaime González Pérez, de Morena en Acatzingo, Puebla.
Y tan solo el primer día de abril, en Celaya, Guanajuato dos víctimas más de esta sangrienta elección.
El crimen organizado no tiene frontera, los casi 20 asesinatos políticos están sin control, las víctimas son aspirantes a presidencias municipales y diputaciones locales, mientras que la autoridad solo da declaraciones y no explicaciones.
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