De Política Alejandro Álvarez Manilla Hace treinta años, los mexicanos vivimos el voto del miedo. En 1994, año que tuvo un inicio violento y sangriento. Con el alzamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas y el asesinato de Luis Donaldo Colosio el candidato del PRI en esa época. Ahora a tres décadas […]
De Política Alejandro Álvarez Manilla
Hace treinta años, los mexicanos vivimos el voto del miedo. En 1994, año que tuvo un inicio violento y sangriento. Con el alzamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas y el asesinato de Luis Donaldo Colosio el candidato del PRI en esa época.
Ahora a tres décadas de nuevo los mexicanos tendremos una relección bajo amenaza. Ante los crímenes de políticos y atentados que logra aterrorizar a contendientes y simpatizantes, lo cual inhibirá la votación el 2 de junio próximo.
Esto aunado al acoso de los políticos respecto a los apoyos sociales para emitir el voto a favor del partido en el poder. Además de las presiones por parte de la delincuencia organizada que busca imponer candidatos a cargos de elección popular para después cobrarse con espacios si son gobiernos estatales o municipales, de ser federales, influir y cabildear en acuerdos presupuestales y de inversiones donde cobraran por ello.
Los candidatos y candidatas en medio de acusaciones no dan respuesta clara a las necesidades de la población, que esta en la incertidumbre por la inseguridad, la falta de empleo y la carestía que son la preocupación diaria de las familias mexicanas.
Para sumar esta intranquilidad, ahora todo trabajador activo que cotiza instituciones sociales esta desprotegido por la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar, que para nada le beneficiara en su cesantía.
Esto sumado al aumento del salario mínimo que se considera un logro de esta administración al igual del aumento al aguilando anual. Aumentos que son bien vistas por la clase trabajadora, no así al empleador, que ahora solo contrata por trimestres sin prestación social para no crear antigüedad, ya que al empresario no le alcanza para hacer estos pagos que impone el Estado. Lo cual afectara al paso del tiempo al trabajador. Así llegaremos a una elección más del medio este 2 de junio, en el proceso electoral para gran de los últimos años en el país. Con la ilusión que no se ensangriente más de lo que ya está, y se olvide de presionar más al electorado para coaccionar el voto.
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