COMENTARIO A TIEMPO

Por Teodoro Rentería Arróyave

Como en todas las democracias existen crisis en el seno de los poderes y entre ellos, como lo explica muy bien el constitucionalista y periodista, Eduardo Andrade Sánchez, por lo tanto, no es de extrañarse y mucho menos desgarrarnos las vestiduras como ocurre en nuestro país.

En España. ejemplo muy preciso: lleva 5 años en crisis el Consejo General del Poder Judicial, CGPJ, a tal grado que ahora el vocal conservado Vicente Guilarte será el próximo presidente interino del organismo, tras la jubilación en la víspera del actual mandatario en funciones, Rafael Mozo.

Es de recordarse que, el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lemus renunció al alto cargo por la indiferencia del Gobierno de Partido Popular para renovar el órgano de gobierno de los jueces hace 5 años, aunque es de precisarse que tal crisis se debió a la falta de acuerdos entre los socialistas y los populares, así fue como se hizo del cargo el progresista Rafael Mozo.

A partir de ahora, el conservador Guilarte asume el cargo al ser el miembro del órgano de gobierno de los jueces de mayor edad, ha renunciado a su trabajo como abogado para dedicarse de manera exclusiva a esta tarea.

Según ha anunciado el Consejo General del Poder Judicial, Guilarte comunicó al pleno ordinario que acepta el cargo de nuevo presidente interino del CGPJ. A Guilarte, varios vocales lo consideran inaceptable para el cargo de presidente. Finalmente, según informan fuentes jurídicas, Guilarte aceptó renunciar a su trabajo como abogado y profesor universitario.

Por su parte, Mozo ha enviado una carta al personal del órgano de gobierno de los jueces con reproches a las fuerzas políticas que han sido incapaces de renovar el CGPJ que lleva casi cinco años con el mandato caduco. En la misiva insta a las fuerzas políticas a que tras las elecciones generales del próximo domingo renueven “de inmediato” el órgano “sin excusa”, haciendo referencia al Informe de la Comisión Europea sobre el Estado de Derecho en la UE.

Que esta cuestión se convierta en una verdadera prioridad, viene a pedir Mozo, puesto que el mantenimiento de esta situación “debilita y erosiona” las principales instituciones de la Justicia española.

Ya en nuestra América Latina, la Asociación de Periodistas de Guatemala APG, tras los últimos acontecimientos dentro del actual proceso electoral, manifiesta su repudio por la actitud del Ministerio Público, que a través de acciones y recursos espurios intenta romper el orden constitucional y el Estado de Derecho.

La organización hermana hizo público el allanamiento al Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral, realizado por agentes del Ministerio Público, más parece una acción contra la delincuencia organizada que un procedimiento judicial, afirman los colegas guatemaltecos

Finalmente, volvemos a Europa, donde continúan violentándose los derechos humanos, el colega Paco Audije nos hace saber qué hace apenas diez días, estuvo en la sede bruselense del Parlamento Europeo acompañando al Grupo de Apoyo al periodista Pablo González Yagüe.

Para quien no lo sepa, y todavía queda gente que quizá no lo sabe, lleva casi diecisiete meses en la prisión polaca de Radom en condiciones duras, con apenas contacto exterior y con predominio del aislamiento prolongado en su celda, tras ser acusado de espionaje a favor de Rusia.

Hace meses -23 de septiembre de 2022-, ya expresé aquí mis dudas sobre ello en un artículo que titulé “La prolongación de los procedimientos como castigo: los casos de Assange y Pablo González”.

Pero el asunto fundamental es que -en su carácter de preso a la espera de juicio- sólo ha recibido una docena de visitas consulares, unos pocos contactos limitados con su equipo de defensa y dos encuentros con su esposa Oihana Goirena, acompañada una vez por uno de sus hijos, que son tres, todos menores.

De acuerdo. este panorama resulta infame. Hay que ser muy fuerte para mantenerse estable en esas condiciones.

En el mundo, asesinan a los periodistas en muchos lugares y hay centenares más que tuvieron que partir hacia el exilio para salvar su vida. Proceden de países como Afganistán, Rusia, Marruecos o Siria. También de Guatemala, Nicaragua, El Salvador y México, donde el asesinato de periodistas resulta casi siempre impune.