La contaminación por PET (polietilentereftalato), uno de los plásticos más utilizados a nivel mundial, representa una grave amenaza ambiental y sanitaria tanto para México como para el resto del planeta. Este material, común en botellas y envases de bebidas, tarda cientos de años en degradarse y, al ser incinerado, libera sustancias tóxicas como dioxinas que […]
La contaminación por PET (polietilentereftalato), uno de los plásticos más utilizados a nivel mundial, representa una grave amenaza ambiental y sanitaria tanto para México como para el resto del planeta. Este material, común en botellas y envases de bebidas, tarda cientos de años en degradarse y, al ser incinerado, libera sustancias tóxicas como dioxinas que afectan la salud respiratoria y pueden causar cáncer.
Alto consumo y baja tasa de reciclaje
México destaca por su alto consumo de bebidas embotelladas. Investigadores de la UNAM estiman que cada persona utiliza en promedio 200 botellas de PET al año, muchas de las cuales terminan en basureros o en el medio natural, contaminando suelos, ríos y océanos.
A pesar de ello, la empresa Bonafont señala que en el país se recicla alrededor del 60% del PET generado anualmente (unos 540 mil toneladas), posicionando a México como líder mundial en acopio de este tipo de plástico. Este material reciclado puede reutilizarse para fabricar prendas como camisas y cobijas, lo que impulsa una economía circular.
En colaboración con BioBox, la primera máquina de reciclaje inteligente en México, se busca asegurar que las botellas PET sean recolectadas y recicladas adecuadamente.
Impactos en la salud: microplásticos y sustancias tóxicas
El PET no solo daña el medio ambiente, también tiene efectos negativos en la salud humana. Según especialistas de la Universidad Veracruzana, aunque el PET no es considerado un residuo peligroso, puede provocar problemas respiratorios y dérmicos, especialmente al ser quemado.
Además, sus partículas microscópicas (microplásticos) pueden terminar en el agua y ser ingeridas por animales marinos, ingresando así a la cadena alimentaria humana. Estudios de la FDA han demostrado que estos microplásticos afectan la fertilidad, alteran el desarrollo fetal y están relacionados con enfermedades como obesidad y diabetes.
La quema de PET genera contaminantes altamente peligrosos como dioxinas, asociadas a enfermedades respiratorias y distintos tipos de cáncer.
Avance científico: degradar PET en solo 15 días
Frente a este panorama, la ciencia mexicana ofrece soluciones innovadoras. Investigadoras de la Facultad de Química de la UNAM, Amelia Farrés González y Carolina Peña, desarrollaron un método para degradar plástico en solo 15 días utilizando enzimas recombinantes.
Este avance, reconocido con el tercer lugar en los Premios PROFOPI 2017, permite acelerar significativamente la degradación del PET, reduciendo el tiempo de cientos de años a tan solo un par de semanas. Las enzimas, introducidas en el microorganismo Pichia pastoris, replican las reacciones naturales de degradación presentes en ciertos hongos.
La tecnología incluso abre la puerta a la reutilización del PET degradado para la creación de nuevos productos plásticos, impulsando una solución sostenible y ecológica al problema de la contaminación.
Información de AMEXI
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