Alejandro Álvarez Manilla Esta elección ya esta manchada con sangre. El temor de cada seis años volvió a revivir después del año sangriento de 1994 cuando asesinaron a Luis Donaldo Colosio antes de la elección y ya como diputado electo a José Francisco Ruiz Massieu, ambos del PRI, a quienes sus ejecutores ultimaron a balazos. […]
Alejandro Álvarez Manilla
Esta elección ya esta manchada con sangre. El temor de cada seis años volvió a revivir después del año sangriento de 1994 cuando asesinaron a Luis Donaldo Colosio antes de la elección y ya como diputado electo a José Francisco Ruiz Massieu, ambos del PRI, a quienes sus ejecutores ultimaron a balazos.
A partir de ese año ensangrentado, los candidatos han sido más vigilados, por equipos de seguridad de los mismos militantes, los crímenes para aspirantes a cargos de elección popular han sido en su mayoría a posiciones de alcaldías o diputaciones locales, y uno que otro a diputación federal o senaduría.
El hecho más cruel fue en junio del 2010, cuando Rodolfo Torre Cantú candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, fue cruelmente asesinado en la carretera con rumbo al aeropuerto a solo unos días de la elección.
Actualmente para esta, que será la mayor elección de la historia del país, van en un año 19 candidatos, precandidatos y excandidatos han sido asesinados en el país, de acuerdo con Data Cívica.
Los estados donde más crímenes políticos se han presentado son: Morelos, Chiapas, Colima, Ciudad de México, Estado de México y Michoacán, en este último, en Maravatío con tan solo seis horas de diferencia fueron asesinados los aspirantes a la alcaldía de MORENA y del PAN.
Willy Ochoa hace unos días en Chiapas de donde es candidato a Senador por la alianza opositora también fue victima de un atentado del cual logro salir ileso, al margen de otros atentados certeros que han provocado la muerte de aspirantes a argos de elección popular.
También políticos de Movimiento Ciudadano (MC) y el Verde (PVEM). La lucha por el poder político ente las bandas del crimen organizado están sin control. Esto ante la pasividad de la autoridad. Lo mismo da en centro que el sur o sureste del país.
Incluso en Guerrero donde las bandas delictivas limitan actividades de movilidad y comerciales ante un estado fallido donde no hay autoridad o bien esta en complicidad por temor o por dinero.
Con esta violencia, no se augura nada positivo en la elección del próximo 2 de junio, sobre todo en alcaldías, que son donde el crimen organizado instaura su coto de poder. Esperemos que la violencia no llegue a despertar al autentico “México Bronco” del cual se despidió Porfirio Díaz en sus últimas expresiones públicas en el puerto de Veracruz hace más de un siglo.
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