De política, Alejandro Álvarez Manilla Desde hace casi seis años México tuvo un cambio en la forma de gobierno, con la alternancia que se dio en la Presidencia de la República, llegaron funcionarios con el 90 por ciento de confianza y el 10 de preparación, lo cual dificulto el proceso de ajuste que se dio […]
De política, Alejandro Álvarez Manilla
Desde hace casi seis años México tuvo un cambio en la forma de gobierno, con la alternancia que se dio en la Presidencia de la República, llegaron funcionarios con el 90 por ciento de confianza y el 10 de preparación, lo cual dificulto el proceso de ajuste que se dio sobre todo en inversiones.
Se privilegiaron las obras sexenales, AIFA, Tren Maya, Refinería Dos Bocas y Tren Interoceánico, se dejaron a un lado obras necesarias como las calles y avenidas e incluso carreteras de peaje. De la misma manera la seguridad se descuido más, hoy el crimen organizado aplica la ley del plomo, sin tener freno, ya que lo mismo degüella, que incendia, robo y cobra piso a personas por lo único que saben hacer, trabajar.
A un mes de que la presidenta Claudia Sheinbaum asumió el cargo, todo ha cambiado, hay inestabilidad del peso frente al dólar, las marchas y platones se han multiplicado al igual que la invasión de puestos callejeros que invaden la vía pública. Esto es el reflejo del cambio de México.
Se ve más policías en las calles, más patrullaje, pero sobre todo se vuelven a ver las camionetas blindadas circular en la Ciudad de México, con motocicleta de estafeta abriendo paso a sirena abierta, y la camioneta escolta, que por lo menos hace seis años se dejaron de ver. Ahora circulan hasta con ambulancia, como en las antiguas caravanas presidenciales, aunque ahora son tres vehículos únicamente.
En este cambio de país, se percibe más agresividad en las personas, agandallan y ofenden al ciudadano que pueden, sea vecino, transeúnte o motociclista o automovilista, no hay respeto, y esa agresividad es generadora de violencia que daña a la población, y el entorno familiar.
El cambio que vivimos, esperemos sea breve y no seguir inversos los ciudadanos en el temor que encontrar un gandalla que dañe nuestra integridad física y nuestro patrimonio, ante la pasividad de la autoridad y la burocracia de la fiscalía, que, para no aumentar el número de carpetas de investigaciones, cansan al ciudadano con largas esperas para atender. Y ante esa situación no hay ventanilla de denuncia ni línea roja que, al ciudadano, el “Juan de a Pie”, le apoyen en hacer valer su derecho.
Esperemos que este cambio sea benéfico para México y sus habitantes. Ya que el país tiene una clases trabajadora que busca mejorar en México y no tener que migrar para enviar remesas que sea alabadas por gobernantes, gobernantes que no los atendieron, y ellos de forma anónima si contribuyen a mejorar a su familia y por ende al país.
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