Puntales Agustín Vargas* Los bancos de México, en general, han mantenido bajo control su apetito al riesgo cuando se trata de la banca minorista: se han enfocado en clientes de ingresos medios y altos, así como en grandes corporaciones y en pequeñas y medianas empresas (pymes) con mejor calidad crediticia. Este enfoque conservador es una […]
Puntales Agustín Vargas*
- Fraude y robo de identidad, preocupantes
- Hasta 2024 se abarataría el dinero
- Banxico, sin sorpresas en tasas
Los bancos de México, en general, han mantenido bajo control su apetito al riesgo cuando se trata de la banca minorista: se han enfocado en clientes de ingresos medios y altos, así como en grandes corporaciones y en pequeñas y medianas empresas (pymes) con mejor calidad crediticia.
Este enfoque conservador es una respuesta a los obstáculos como el amplio sector informal que hay en México, que prefiere las transacciones en efectivo; un alto nivel de desigualdad de ingresos, y el ineficiente estado de derecho que prevalece en el país.
Todo esto significa que el acceso a los servicios bancarios en México es bajo en relación con el que existe en países pares de América Latina y en mercados emergentes.
Para Standard and Poor´s (S&P Global Ratings), que recientemente analizó la inclusión financiera en México y la disrupción tecnológíca de las instituciones crediticias, el “pecado original” de los bancos comerciales que operan en el país, ha sido el bajo nivel de acceso del público mexicano a sus servicios.
En la actualidad, el crédito total al PIB se estabiliza en 40% —una cifra baja respecto a los índices que han alcanzado sus pares en América Latina y de los mercados emergentes— y el bajo nivel de acceso a los servicios bancarios no ha mejorado ni siquiera con la implantación de nuevas tecnologías en el sector financiero.
Esto se debe a la amplia fuerza de trabajo informal en México, que prefiere en gran medida las transacciones en efectivo; al alto nivel de disparidad de ingresos, y a su débil estado de derecho, mismo que dificulta a los bancos la recuperación de las garantías.
Los bancos comerciales que sí atienden a clientes minoristas se han concentrado en aquellos con buena capacidad de pago de deuda —básicamente, los sectores de ingresos medios y altos de la población.
El estudio de la agencia internacional destaca que estos clientes parecen estar abiertos a utilizar soluciones financieras digitales; sin embargo, advierte que siguen mostrando una mayor preferencia por los bancos tradicionales debido a la preocupación suscitada por los casos de fraude y robo de identidad, que han aumentado a medida que se han generalizado la inteligencia artificial (IA) y las nuevas tecnologías.
Baja en tasas, en 2024
El próximo jueves 28 de septiembre, Banco de México que encabeza Victoria Rodriguez Ceja, anunciará su decisión de política monetaria. Todo parece indicar que dejaría sin cambios su tasa de interés de fondeo en 11.25%. La justificación detrás de la decisión es que la inflación mantiene su proceso de moderación a tasa anual, con la posibilidad de que cierre el año cerca de 4.50%.
Incluso, es factible que todavía en septiembre se acerque a 4.30%, nivel relativamente aceptable para la autoridad monetaria, aunque el rubro subyacente seguiría cercano al 6.0%.
En este sentido, según destacan los analistas de CIBanco, lo que más interesa a los operadores e inversionistas es cuándo la autoridad monetaria mexicana podría iniciar a reducir su tasa de interés. El Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) la semana pasada anunció que las tasas se mantendrían en niveles máximos todavía por un tiempo mayor al pronosticado originalmente.
Si bien consideran que la puerta para los recortes antes de que concluya el 2023 todavía no se cierra por completo, estiman que es difícil que termine sucediendo, por lo que la primera reducción debería suceder en 2024.
La primera razón para justificar este escenario es que las minutas del último encuentro de política monetaria muestran que los integrantes de la Junta de Gobierno del Banxico consideran adecuado mantener el nivel actual de la tasa de referencia por un periodo prolongado.
Aunque la expresión es completamente subjetiva, dicen los especialistas, difícilmente aplicaría para un periodo menor a seis meses. Las reuniones que le restan a Banxico en este 2023 son en noviembre y diciembre. Cualquier ajuste en alguno de estos dos encuentros, no cae en la categoría de sostener la premisa de que fue un “periodo prolongado”.
La segunda razón es que todavía existen preocupaciones sobre la inflación, ya que el balance de riesgos se mantiene sesgado al alza, por lo que la convergencia a la meta puntual de 3.0% todavía tomará tiempo, lo que justificaría que la autoridad se mueva con cautela.
La economía mexicana ha sorprendido en su desempeño durante los primeros ocho meses del año, con una expansión cercana al 3.5%. Aunque es una buena noticia, puede estar teniendo implicaciones para la dinámica de cierto grupo de precios, sobre todo de servicios.
El principal activo de un banco central es la credibilidad, por lo que es de esperar que Banxico busque enviar mensaje de compromiso con la estabilidad de los precios. Con ello, los analistas de CIBanco estiman que el primer recorte a la tasa de fondeo podría darse en el primer trimestre de 2024. Eso significa que hasta entonces, el dinero comenzaría a abaratarse un poco.
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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx
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