Trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México han suspendido las obras de restauración e investigación en Chichén Viejo, uno de los 13 complejos habitacionales al sur de la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el sureste del país, por un conflicto con una familia hotelera. “Propietarios de un hotel de la […]
Trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México han suspendido las obras de restauración e investigación en Chichén Viejo, uno de los 13 complejos habitacionales al sur de la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el sureste del país, por un conflicto con una familia hotelera.
“Propietarios de un hotel de la familia de los Barbachano cerraron el acceso a Chichén Viejo, ocasionando problemas y atrasos, ya que el INAH y la Secretaría de Cultura federal pretenden reinaugurar el sitio el 2 de septiembre próximo”, ha revelado este lunes a EFE un funcionario federal que ha declinado identificarse.
El servidor público ha advertido de que ese nuevo problema con la familia, conocida por ser dueña de terrenos en regiones arqueológicas del estado, pondría en peligro la reapertura de la ciudad prehispánica.
Sin embargo, el director de la zona arqueológica de Chichén Itzá, el arqueólogo José Francisco Osorio, ha manifestado que el problema podría resolverse pronto.
“Estamos en negociaciones”, ha asegurado.
Ha confirmado que por el momento “el paso a la zona arqueológica de Chichén Viejo o Serie Inicial sí está suspendido”.
Chichén Viejo o Serie inicial cuenta con el Palacio de los Falos, integrado por varios recintos, con decorados estilos puuc y maya-tolteca, así como el Templo de los Búhos, cuyas aves decoran esculturas, pilares y jambas.
También están los Templos de los Búhos, Monos y Cabecitas, y en el centro de Chichén Viejo hay una enorme tortuga, cuya plataforma simboliza el centro del universo.
Para los mayas prehispánicos, la tortuga es un elemento terrestre y acuático relacionado con el mito de la creación y la constelación de Orión.
EL CONFLICTO CON LA FAMILIA
Desde el jueves pasado, empleados del Hotel Hacienda Chichén, propiedad de la familia, cerraron el acceso a la zona arqueológica de Chichén Viejo.
Además, pegaron en los árboles una manta con un aviso: “Propiedad privada. Los invasores serán procesados conforme a la ley”.
Esa medida complica que los investigadores, restauradores y empleados del INAH puedan continuar las labores finales en ese complejo habitacional, donde vivió un personaje de élite de la cultura maya.
La familia Barbachano tiene gran presencia en el estado, donde es una de las figuras más importantes del sector turístico.
El empresario hotelero Fernando Eugenio Barbachano había denunciado en marzo de 2022 asaltos ocasionados por gente armada en dos de sus hoteles más emblemáticos en Chichén Itzá.
En 2010, el Gobierno de Yucatán compró a la familia de los Barbachano 83 hectáreas de la zona arqueológica de Chichén Itzá con un valor de 220 millones de pesos (casi 13 millones de dólares).
Para el INAH federal, esa compra representó un paso importante para sentar nuevas bases para el mejor disfrute del sitio y la cultura maya de los visitantes nacionales y extranjeros.
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