Miscelánea, salud y política Judith Álamo López Aunque la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, insista en incluir frases en sus discursos como “no tengan miedo” o “no teman”, crece el desánimo de la sociedad civil –incluidas cúpulas empresariales– ante la posible consumación de un fraude constitucional para imponer un régimen autocrático. Mientras los dirigentes opositores […]
Miscelánea, salud y política Judith Álamo López
Aunque la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, insista en incluir frases en sus discursos como “no tengan miedo” o “no teman”, crece el desánimo de la sociedad civil –incluidas cúpulas empresariales– ante la posible consumación de un fraude constitucional para imponer un régimen autocrático.
Mientras los dirigentes opositores del PRI y del PAN libran luchas facciosas interpartidistas para conservar el poder, el gobierno de la 4T, falsea la realidad al decir que el pueblo ya votó el pasado 2 de junio y lo hizo “en forma abrumadora” a favor de cambiar el régimen democrático, y fundamentan con el 54% de votos a su favor, su determinación de cambiar el régimen.
Este cambio enunciado, pero francamente no entendido a cabalidad, comenzaría por desaparecer el Poder Judicial autónomo, como contrapeso al exacerbado presidencialismo mexicano, que recae en un solo hombre, y del 2024 al 2030, en una súper-presidenta, quien impulsa también las otras 19 iniciativas del Plan “C” de AMLO, para acabar con la naturaleza del sistema actual.
Repiten el jefe del Ejecutivo saliente y la próxima mandataria que los votantes eligieron que se construya un segundo piso a la Cuarta Transformación, y para que AMLO se pueda ir en paz con la paternidad del nuevo régimen, a 40 días que finalice su periodo, en forma veloz y atropellada, ignoran las alertas de que la reforma judicial en sus términos actuales provocará una catástrofe.
Menosprecian los focos rojos a nivel de mercados financieros internacionales, inversionistas extranjeros incluidos nuestros principales socios comerciales –como Estados Unidos–, e ignoran la voluntad del 44% de votantes que se expresaron por mantener un régimen plural y democrático.
Son 11 consejeros del INE y cinco magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) quienes tienen la responsabilidad histórica de dictaminar la validez de las elecciones de 2024 y aplicar un criterio apegado al espíritu constitucional al decidir el reparto plurinominal.
Ellos deben impedir que la voluntad de una sola fuerza política prevalezca por sobre los consensos democráticos, sentenció Jorge Alcocer, experto en materia electoral y coordinador de Observatorio Ciudadano. No estamos en la misma situación que las cinco elecciones federales anteriores, precisó, nunca antes una sola opción política había obtenido, como ahora, más del 60% de diputados.
Al interpretar el Artículo 54 Constitucional la autoridad electoral “no debe conceder la sobrerrepresentación a los partidos integrados a la coalición Juntos Haremos Historia, ya que ellos conforman una sola fuerza política, así se manejaron en la elección, por tanto, no pueden exceder la asignación de 300 diputaciones”, como se delimitó en la Constitución vigente.
Invita a la autoridad electoral a repasar la jurisprudencia que sentó la Sentencia 698 de la SCJN, y a respetar el sentido de los límites del artículo mencionado, debe aplicarse a la coalición de los partidos: Morena, PT y PV, no tienen derecho a la doble representación: como coalición y como partido, concedérsela sería avalar un fraude a la Constitución.
La pregunta es ¿Tendrán los magistrados del TEPJF la fortaleza ética para resistir el intento de cooptación del gobierno de la 4T, que se granjea su buena voluntad exentándolos de someterse a la elección popular que promueven, manteniéndolos en sus puestos?
Al transformarse el INE en Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) los consejeros deberán organizar las nuevas elecciones judiciales 2024-2025; en tanto que los magistrados del TEPJF se mantendrán en su cargo hasta 2027, luego podrán ser candidatos a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¡Qué tal!
Este miércoles 21 de agosto la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE, en sesión vespertina, discute su proyecto elaborado y dado a conocer hoy en varios medios, y el cual es afín a los intereses morenistas divulgados por la Secretaría de Gobernación –oficiosamente–, al otorgar 364 diputaciones a la coalición oficialista, o sea el 72% de los curules, concediéndoles sobradamente la mayoría calificada (requerían 334).
Mientras que para el Senado de la República, la Comisión proyecta para la coalición oficialista 83 peldaños, le faltarían sólo dos para obtener la mayoría calificada. En tanto que para la alianza Fuerza y Corazón por México serían 40 senadurías y cinco para MC.
El viernes 23 de agosto el Consejo General del INE discutirá y votará el proyecto definitivo. Como habrá impugnaciones, estas deberán resolverlas el Tribunal Electoral Federal la semana entrante. La historia, aunque previsible aún está por escribirse, ojalá y nos sorprenda.
¿Por qué la elección popular de ministros magistrados y jueces que impulsa la 4T equivale a la destrucción del Poder Judicial de la Federación? Porque no basta la sola elección del pueblo para asegurar que de esta forma serán jueces, magistrados o ministros los abogados más aptos, ni los más probos.
Para dictaminar cada caso es necesario aplicar técnica jurídica y conocimientos que dan años de experiencia jurisprudencial; para ser juez no es suficiente con ser popular, una elección se gana con promesas y recursos, y estos apoyos crean compromisos, por lo que las resoluciones dejarán de apegarse a derecho y ser autónomas para cumplir con las deudas políticas o de otra índole, incluidas las presiones delincuenciales.
Es falso que sea un poder totalmente corrompido, como a diario repite el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a diario acusa a ministros, magistrados y jueces de favorecer a los “empresarios machuchones” en juicios contra instituciones de gobierno; de liberar a narcos por corrupción.
Mientras que el gobierno incumple con su obligación de frenar la violencia, garantizar la seguridad pública y proteger a quienes son amenazados por la delincuencia organizada. También se evita reconocer que son instancias de procuración de Justicia, las Fiscalías, las que omiten presentar sentencias bien fundadas para que los jueces puedan sustentar sus condenas.
Al amago de una iniciativa de reforma judicial sesgada, se sumó el agravio de desatender las propuestas de expertos y trabajadores participantes en los foros nacionales organizados por la Camara de Diputados, la simulación y el engaño provocó el paro nacional que hoy afecta al sistema de inparticipación de justicia.
Cuarenta mil trabajadores del sistema judicial, hombres y mujeres profesionales del derecho, muchos de ellos especializados, jueces y magistrados, se sumaron al paro, ellos representan casi la tercera parte de los 135 mil que laboran en el sistema judicial de carrera.
Protestan por una imposición presidencial absurda, que pretende acabar con sus derechos laborales y sus fondos de ahorro; quieren desaparecer el poder como contrapeso y la carrera judicial — un sistema de profesionalización meritorio ejemplar–; en riesgo está el amparo como única protección ciudadana frente a los abusos de poder.
La 4T divulga con la fuerza del Estado medias verdades que esconden los propósitos de lograr un sistema totalitario, unipartidista –rodeado de partidos satélites–, un gobierno despótico, populista y ambicioso que ataja a la competencia política, que busca eternizarse, cuya principal herramienta es la propaganda, que aplica la idea atribuida a Joseph Goebbels, el jefe de propaganda nazi, respecto a que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.
Si alguien dudaba de esa hipótesis, los publicistas tienen más de medio siglo de usar las verdades inducidas para crear necesidades de consumo usando cualquier medio electrónico o sólo imágenes; la reiteración como método de enseñanza o para sembrar en el inconsciente realidades alternas es utilizado desde hace décadas, especialmente por políticos demagogos.
La conferencia mañanera podría dar prueba de cómo funciona este sistema de manipulación. Dice López Obrador que ha “politizado al pueblo”, orgulloso de ver como repiten sus mensajes, cómo sus seguidores comparten sus odios, juicios, prejuicios y condenas.
Miles, millones de mexicanos adoptan como verdades cientos de falsedades que el líder moral, el amado caudillo, ha repetido en los más de 120 minutos al día que duran sus peroratas, de las cuales se han verificado más de 1300 emisiones, todas ampliamente difundidas y comentadas favorablemente a través del Sistema de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), así como medios afines –voluntarios y pagados–.
¿Los dogmas de fe creados por el padre de la 4T serán parte de la narrativa de la científica universitaria Claudia Sheinbaum? Por lo pronto, ella ya prometió continuar con las conferencias mañaneras durante su mandato.
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