Miscelánea, salud y política Judith Álamo López Estamos a nueve días de que la contienda electoral se defina, luego de haber ejercido nuestro derecho al voto libre y secreto, la noche del 2 de junio, el INE realizará 12 conteos rápidos que arrojarán con claridad las tendencias ganadoras para la presidencia, congresos, alcaldías y nueve […]
Miscelánea, salud y política Judith Álamo López
Estamos a nueve días de que la contienda electoral se defina, luego de haber ejercido nuestro derecho al voto libre y secreto, la noche del 2 de junio, el INE realizará 12 conteos rápidos que arrojarán con claridad las tendencias ganadoras para la presidencia, congresos, alcaldías y nueve gubernaturas. Hoy, aún estamos a tiempo de reflexionar cómo votar, conscientes de cómo nuestro voto impactará el futuro de México.
¿Cómo tomar la decisión correcta? Pese a la abrumadora propaganda a favor de Morena que emite cada día el presidente desde Palacio Nacional y se repite en medios públicos, la Cuarta Transformación contrario a lo que sostienen morenistas y aliados, ha sido la Primera Gran Regresión, perdimos una década cuando menos en materia de salud, educación, seguridad, justicia, empleo, crecimiento económico, desarrollo social…
Lo más grave para el gobierno que encabeza López Obrador son las acusaciones de corrupción y alianza criminal provenientes de organismos gubernamentales estadunidenses que lo incriminan como “narco presidente”; a Claudia Sheinbaum como “narco candidata” y a Mario Delgado, presidente de Morena, como “huachicolero fiscal”.
Las revelaciones que circulan desde hace tiempo en medios periodísticos estadunidenses, han sido corroboradas por varios investigadores, entre ellos destaca el prestigiado periodista Ramón Alberto Garza, director de Código Magenta, exdirector editorial de Reforma y El Universal, quien ha investigado las alianzas de gobiernos presidencialistas mexicanos con grupos delincuenciales desde hace más de 50 años.
Entrevistado por Carmen Aristegui por la publicación de su más reciente libro, titulado Dinastías. Dos familias, una nación, editado por Planeta, en el que Garza relata cómo se han coludido los mandos políticos con los mandos criminales. En esta investigación abarca los clanes de los expresidentes Luis Echeverría que apoyó la expansión del cartel de Guadalajara y Carlos Salinas de Gortari, quien respaldó al cartel del Golfo.
El periodista expone que López Obrador mantiene fijos sus ideales de emular a Luis Echeverría –en querer ser populista y trascendente a costa de lo que sea–, de ahí que mantenga cerca a Ignacio Ovalle Fernández, extitular de la secretaría de la Presidencia con el exmandatario –a quien ha protegido de ser investigado por el fraude de Segalmex–; y recién incorporó a su gabinete a Jorge Nuño Lara, actual titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), hijo de Jorge Nuño Jiménez, secretario particular de Echeverría por más de 50 años.
Hay que leer a Ramón Alberto Garza, sin duda, muchos se caerán de espaldas cuando conozcan hasta donde han llegado presidentes de la República por mantener el poder, a realizar actos deshonestos, cometer crímenes y hacer pactos inconfesables, él llama a estos factores “las cuatro patas que sostienen la mesa”: militares, empresarios, iglesia y grupos criminales.
El periodista neoleonés relató una anécdota ocurrida en 2020, en una reunión con el presidente López Obrador, él le ofreció pruebas videograbadas del cobro de comisiones millonarias por parte de un miembro de su gabinete para otorgar a un empresario un contrato como proveedor, el presidente se negó a darle protección al denunciante. Fue el último encuentro con el mandatario, entendió que el combate a la corrupción era uno más de sus engaños.
También se refirió a la investigación criminal que existe en Estados Unidos contra el dirigente morenista Mario Delgado, por “huachicol fiscal”, quien, en sociedad con Sergio Carmona, el llamado “rey del huachicol”, compraban buques de 300 mil barriles de gasolina en Texas –legalmente–, y a través de aduanas mexicanas controladas por amigos de Carmona, se permitía el ingreso de miles de pipas, sin pago de impuestos para el SAT y grave afectación a PEMEX. Las ganancias por alrededor de 700 mil millones de pesos se repartieron entre huachicoleros y las arcas de Morena.
Relata el periodista que hace dos años y medio fue ejecutado a mansalva Sergio Carmona Angulo, en San Pedro Garza García, Nuevo León, porque “él sabía demasiado”. Temiendo lo peor, Sergio le dijo a su hermano Julio, si eso ocurre, entrégate con los americanos y dales los videos de las operaciones que prueban la conversión de Morena de partido político a organización criminal. El hermano cumplió, está como testigo protegido e Estados Unidos.
AMLO, fiel a su estilo de “Rey del cash”, para tratar de mantener en el imaginario colectivo su narrativa pública como líder moral impoluto –desleal a sus compinches que le aportan dinero ilegal– dijo en su mañanera que “Mario Delgado se arregle con eso”, o sea es sacrificable, como en su tiempo lo fue “el señor de las ligas”, René Bejarano, a quien su misión de recolectar dinero ilegítimo para la causa lo llevó a la cárcel y al desconocimiento de su líder, quien nunca más lo recibió.
Esta podría ser la gota que derrame el vaso. Estamos a tiempo de decidir un cambio de gobierno, necesario y urgente para rescatar al país de la decadencia a que lo ha tratado de condenar un líder populista con ambiciones de trascendencia dictatoriales y anhelos socialistas, quien violando todas las normas desde hace más de tres años usa todos los recursos de jefe de Estado para imponer como su sucesora a una mujer que cumpla sus pendientes, Claudia Sheinbaum, quien en los debates y entrevistas televisivas y radiofónicas ya dejó ver un perfil político autoritario, con complejos de superioridad, de talante intolerante y déspota.
Incapaz de dialogar con quienes piensan diferente o la cuestionan, ya asumió como propio el Plan C de su padre putativo y quiere ejercer una presidencia tiránica, quitar en el Congreso la representación proporcional; elegir a los magistrados y funcionarios del Poder Judicial a modo para evitar desobedezcan al Ejecutivo por aplicar criterios constitucionales; quiere mantener la prisión preventiva oficiosa –ya llama delincuentes a quienes son presuntos culpables–, etcétera.
La esperanza cambió de manos, como dice la ingeniera Xóchitl Gálvez, sin duda una mujer preparada e inteligente, empática con las causas sociales y las víctimas, quien en menos de un año desarrolló capacidad de liderazgo y los conocimientos para emprender un ambicioso proyecto de gobierno que enmiende la compleja realidad creada por la 4T.
Ella encabezó el domingo 19 de mayo en el Zócalo de la ciudad de México un mitin de cierre de campaña con la asistencia de cerca de un millón de asistentes, cifra sin precedente en la historia.
Frente a la llamada “Marea rosa”, la candidata de la sociedad civil, PRI, PAN y PRD, dijo representar tres valores pisoteados por el actual gobierno: ¡Vida, verdad y libertad! Quienes crean en estos valores seguramente decidirán votar por Xóchitl Gálvez y su compañero de fórmula, Santiago Taboada, aspirante a la jefatura de gobierno en la capital del país, por la coalición “Fuerza y Corazón por México”.
Explicó la candidata presidencial: Vida, porque éste ha sido el sexenio de la muerte: los fallecimientos por el mal manejo de la pandemia, las muertes por la violencia ocasionada por el crimen organizado junto con la incapacidad del Estado para combatirlo, y la pérdida de vidas causada por el deterioro del sistema de salud. Verdad, porque en este sexenio las mentiras y los “otros datos” han imperado. Y libertad, en contraste con el autoritarismo y el ataque a las instituciones democráticas que representa Morena.
Los asistentes corearon consignas: ¡Xóchitl, Xóchitl, Xóchitl! o ¡Presidenta, presidenta, presidenta!, entre algunas; y en contra de AMLO, como: ¡Fuera Morena! y ¡Fuera el narcopresidente!
Evitemos que Claudia Sheinbaum y sus huestes quieran convertir a México en República Bananera, donde se rinda culto al dictador; ya comenzó la aspirante presidencial oficialista a adjudicarle elogios absurdos comparándolo con auténticos luchadores sociales como Nelson Mandela o Martin Luther King; usando epítetos enaltecedores como es “el orgullo de nuestra generación”, “El gran transformador”, “AMLO está a la altura de Benito Juárez”, etcétera.
Estamos a tiempo de ejercer un voto razonado, de darle un revés a quiénes se creen dueños de México, falsos creadores de los programas sociales, practicantes del nepotismo y la corrupción, hablan por el pueblo sin empatía alguna con las víctimas de la violencia provocada por su inacción y acuerdos con delincuentes, ignoran la ley y la justicia, destruyen instituciones, evitan rendir cuentas, prometieron no mentir no robar y no traicionar y no cumplieron.
Es tiempo de recuperar nuestro futuro.
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